Todos hemos escuchado, hablado y hasta estudiado los gloriosos métodos medievales de la inquisición católica, por medio de los cuales sometía a los hombres al rigor del pensamiento hegemónico, el cual para la época giraba en torno a las monarquías y la iglesia, dueños de la verdad absoluta e incontrovertible.
Aquel que osara atreverse a opinar, escribir o vivir para sí lo contrario, tendría total persecución, encarcelamiento, tortura, desaparición y demás vejámenes contra su humanidad. Estos hechos brutales buscaban limpiar la faz de la tierra de herejes y librepensadores que contrariaban el orden de las cosas, el statu quo. Fue necesario para el dogma una limpieza ideológica y un sometimiento de pensamiento, palabra, obra u omisión.
Hoy vivimos el mismo tipo de inquisición pero esta vez la excusa no es la divinidad de los reyes o la verdad absoluta de la iglesia. La excusa es la lucha contra el terrorismo, expresión convertida en caballito de batalla para justificar la uniformidad del pensamiento del hombre moderno.
La lucha contra el terrorismo convertido en objetivo maquiavélico goza de métodos macabros y genocidas como la destrucción de pueblos con bombas inteligentes que no distinguen entre niños indefensos, mujeres en embarazo, ancianos u hospitales.
Todo esta permitido en la lucha contra esos terribles seres que se atreven a dar la discusión, a organizar y ofrecer su vida por el cambio, todo está justificado en esa guerra contra el terrorismo porque "en la guerra todo se vale". El uso de todas las formas de lucha impera en los aparatos represores quienes destruyen ideas innovadoras con amedrentamientos, balas y votos comprados. En la sempiterna lucha contra el "terrorista", el dueño del capital digiere al mundo ostentando el título de presidente, en la democracia perfecta neoliberal, y asume el rol de dictador y vil muñeco ventrílocuo, títere de las macropolíticas del imperio gringo.
Nuevamente estos seres salidos del sistema son hoy víctimas de la inquisición moderna perseguidos por los serviles e idiotas útiles, miembros de la fuerza pública que ven en los jóvenes pensantes al peor de los enemigos; jóvenes aguerridos que se atreven a discutir en los pasillos, en las escaleras, en los salones, armados de argumentos y de iniciativas que invitan a no seguir siendo manipulados. CAMILO ESCUDERO es uno de nuestros compañeros que por oponerse a la privatización de la educación, por atreverse a organizar a la juventud para la lucha ideológica y a discutirle al sistema es llevado a las mazmorras del sistema y presentado al mundo como un peligroso delincuente.
Conocemos las bajezas de los investigadores de la SIJIN y la FISCALIA, sabemos que por medio de falsos testimonios y pruebas salidas de la nada llevan a diario inocentes a la picota pública y esta vez, como miles de otras, se vuelven a equivocar.
No nos asustan marionetas... estamos aquí firmes y dignos.
Compañero con la frente en alto saldrás de esta infamia y continuaremos juntos de frente la lucha contra la desigualdad y por la libertad del pueblo.
Aquel que osara atreverse a opinar, escribir o vivir para sí lo contrario, tendría total persecución, encarcelamiento, tortura, desaparición y demás vejámenes contra su humanidad. Estos hechos brutales buscaban limpiar la faz de la tierra de herejes y librepensadores que contrariaban el orden de las cosas, el statu quo. Fue necesario para el dogma una limpieza ideológica y un sometimiento de pensamiento, palabra, obra u omisión.
Hoy vivimos el mismo tipo de inquisición pero esta vez la excusa no es la divinidad de los reyes o la verdad absoluta de la iglesia. La excusa es la lucha contra el terrorismo, expresión convertida en caballito de batalla para justificar la uniformidad del pensamiento del hombre moderno.
La lucha contra el terrorismo convertido en objetivo maquiavélico goza de métodos macabros y genocidas como la destrucción de pueblos con bombas inteligentes que no distinguen entre niños indefensos, mujeres en embarazo, ancianos u hospitales.
Todo esta permitido en la lucha contra esos terribles seres que se atreven a dar la discusión, a organizar y ofrecer su vida por el cambio, todo está justificado en esa guerra contra el terrorismo porque "en la guerra todo se vale". El uso de todas las formas de lucha impera en los aparatos represores quienes destruyen ideas innovadoras con amedrentamientos, balas y votos comprados. En la sempiterna lucha contra el "terrorista", el dueño del capital digiere al mundo ostentando el título de presidente, en la democracia perfecta neoliberal, y asume el rol de dictador y vil muñeco ventrílocuo, títere de las macropolíticas del imperio gringo.
Nuevamente estos seres salidos del sistema son hoy víctimas de la inquisición moderna perseguidos por los serviles e idiotas útiles, miembros de la fuerza pública que ven en los jóvenes pensantes al peor de los enemigos; jóvenes aguerridos que se atreven a discutir en los pasillos, en las escaleras, en los salones, armados de argumentos y de iniciativas que invitan a no seguir siendo manipulados. CAMILO ESCUDERO es uno de nuestros compañeros que por oponerse a la privatización de la educación, por atreverse a organizar a la juventud para la lucha ideológica y a discutirle al sistema es llevado a las mazmorras del sistema y presentado al mundo como un peligroso delincuente.
Conocemos las bajezas de los investigadores de la SIJIN y la FISCALIA, sabemos que por medio de falsos testimonios y pruebas salidas de la nada llevan a diario inocentes a la picota pública y esta vez, como miles de otras, se vuelven a equivocar.
No nos asustan marionetas... estamos aquí firmes y dignos.
Compañero con la frente en alto saldrás de esta infamia y continuaremos juntos de frente la lucha contra la desigualdad y por la libertad del pueblo.
NO MÁS FALSOS POSITIVOS
LIBERTAD A LOS PRESOS POLITICOS
LIBERTAD PARA CAMILO
LIBERTAD A LOS PRESOS POLITICOS
LIBERTAD PARA CAMILO
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