Carlos A Lozano Guillén |
El Polo Democrático Alternativo es la única fuerza de oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos y al régimen antidemocrático colombiano
Mi voto es por Aurelio Suárez Montoya el único candidato a la alcaldía de Bogotá que se opone al modelo neoliberal y al proyecto dominante burgués de la economía de mercado al servicio del imperialismo norteamericano, de las transnacionales y de los grupos económicos. Es el candidato con el mejor programa de Gobierno y de transformación social en el Distrito Capital, que profundiza el aporte social de las dos administraciones del Polo y reorienta el proyecto emancipador hacia la izquierda sin entrar en componendas y acuerdos vergonzosos con los partidos o sectores políticos de la clase dominante.
Mi voto es para el concejo de Bogotá por Jaime Caycedo Turriago, número 10 en el tarjetón, el mejor de todos los candidatos, con una hoja de vida limpia y transparente y una hoja de ruta en beneficio de los intereses de los trabajadores y los sectores populares. Sus realizaciones como concejal están a la vista. Sin ninguna concesión en contra del interés público, ni siquiera cuando la Alcaldía de Samuel Moreno quiso meter el contrabando de la privatización de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) de la mano del gran capital nacional y transnacional. Caycedo marcó la diferencia de principios, porque lo público es intocable, es propiedad del pueblo.
Mi voto para la Junta Administradora Local es por Víctor Silva, 82 en el tarjetón, en la localidad Antonio Nariño. Estoy inscrito en el barrio Policarpa, pionero de las luchas de los destechados y populares en la capital del país. Silva representa la presencia del Partido Comunista y el Polo que ha trabajado en aras de los intereses de la comunidad.
Sin duda, son los mejores.
No escucho los cantos de sirena de la falsa izquierda, cooptada y pusilánime, que llama a votar por Gustavo Petro, dizque porque es la manera de derrotar a Peñalosa, candidato de Uribe Vélez en contubernio con Lucho Garzón. No creo en esa izquierda a medias tintas, que quiere encenderle una vela a Dios y otra al diablo. A estas alturas ¿qué diferencia existe entre Petro y Peñalosa?
Creo en la izquierda consecuente, revolucionaria, que está al lado de los programas avanzados y de cambios profundos, no importa en qué condiciones. Es la izquierda que no siente vergüenza de serlo. Que está en la dirección de los vientos que corren en América latina contra el neoliberalismo, el sometimiento yanqui, que no acepta el TLC y que no le teme a la paz con democracia y justicia social.
Es la izquierda que no se deja seducir por el discurso chantajista del Gobierno que convoca a la “unidad nacional”, mientras adelanta la guerra, las privatizaciones y la protección de los intereses de la oligarquía dominante del campo y la ciudad.
Es la izquierda alineada con el Polo Democrático Alternativo con la convicción que en éste no se agota la unidad, porque la misma va más allá de los límites del Polo. Es la izquierda que se vincula a la lucha de masas lejos de los escritorios de los burócratas seudoizquierdistas, alejados de la realidad y que pontifican con el advenimiento de cambios en la mentalidad y sobre un supuesto realismo basado en la imposibilidad de que la izquierda por sí sola conquiste el poder. Es el discurso fatalista y acomodado de los que se alejan de la lucha de masas y de la lucha de clases. Practican la conciliación de clases y el discurso zalamero para acercarse a los que detentan el poder.
Quieren mostrar a Gustavo Petro como el “purificador” de la política tras el lastre de los Moreno Rojas en Bogotá. Pero ocultan que pocas semanas antes de que se conociera el escándalo del “carrusel de las contrataciones”, Petro estaba rogándole a los Moreno Rojas, detestados hoy, que se aliaran para apoderarse de la dirección del Polo y expulsar al Partido Comunista y al Moir.
No es casual que la causa de Petro y de la derecha colombiana, con el coro de la “gran prensa”, sea el linchamiento del Polo Democrático Alternativo, su destrucción, para acabar la única fuerza de oposición al Gobierno y al régimen de prebendas plutocráticas. Nadie que se llame de izquierda puede estar en este carrusel al servicio del sistema dominante. Es tanto como estar con Peñalosa, Gina o cualquier otro candidato distinto a Aurelio Suárez.
Mi voto es por Aurelio a la Alcaldía y Caycedo al Concejo. Es un voto de dignidad, de entereza y de principios, como el que van a depositar miles de colombianos en el país.
Carlos A. Lozano Guillén
Bogotá D.C. 27 de octubre de 2011
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