TP.- Por: Fernando Arribas.- Como es ya bien sabido, el 14º Congreso del Partido Comunista de Venezuela, tras meses de profundos debates en Conferencias de Célula, Conferencias Locales y Conferencias Regionales en todo el país, dio aprobación final a tres documentos principales: la Reforma de los Estatutos, la Actualización del Programa y la Línea Política, de los cuales este último es sin dudas el de más acuciante actualidad y mayor relevancia para la acción inmediata del PCV, y el de mayor interés para las y los trabajadores y el pueblo venezolano en general.
La Línea Política, como explicamos frecuentemente en nuestros cursos de formación, es el documento que dicta las guías generales para la acción del Partido en el corto a mediano plazo, en correspondencia dialéctica con los conceptos y las orientaciones de carácter más estratégico y más largo plazo que establece el Programa.
La Línea Política, mucho más específica y concreta que el Programa, considera con mayor detenimiento y detalle las circunstancias particulares de la actualidad política y los acontecimientos y desarrollos recientes de la vida nacional, a fin de ajustarse a éstos sin perder de vista el horizonte estratégico programático. Por ello, este documento se sustenta sobre la caracterización del proceso de cambios iniciado en Venezuela en 1999 y la evaluación del estado actual de la correlación de fuerzas dentro y fuera del campo de quienes impulsamos este proceso, a la luz de las más recientes circunstancias y eventos.
De especial importancia es la nueva caracterización que hace este documento del gobierno bolivariano y del proceso de cambios comandado por el Presidente Chávez. Hay un mayor rigor crítico y un más profundo estudio de las tendencias dominantes y las debilidades del proceso, todo lo cual contribuye a esclarecer el verdadero carácter del momento que vive nuestro país. Se identifica al gobierno como progresista, patriótico, antimonopólico y antiimperialista, pero también se precisa que ese gobierno es controlado e influenciado por clases y fracciones de clase (ciertos sectores de la burguesía emergente y la pequeña burguesía) que no están objetivamente interesadas en la profundización del proceso hasta sus últimas consecuencias; se reconocen los avances logrados en los últimos años hacia la plena liberación nacional, pero se señalan también los errores y extravíos que han impedido avanzar más y más rápido; se reconoce la existencia de algunas condiciones favorables para emprender la ruta al Socialismo, pero se señalan también las limitaciones objetivas y subjetivas que continúan obstaculizando esa ruta.
Así, tras analizar y caracterizar con rigor crítico la fase actual del largo proceso de la revolución venezolana, nuestra nueva Línea Política insiste, con nuevo énfasis y mayor precisión que antes, en algunos elementos que ya han sido piezas centrales de la acción de nuestro Partido por varios años. En primer lugar, se ratifica la necesidad de construir una amplia alianza de fuerzas antiimperialistas, el Frente Amplio Nacional Patriótico (FANP), con la participación de “la clase obrera y demás trabajadores, los campesinos sin tierra y los pequeños propietarios del campo, los pueblos indígenas, las capas medias urbanas y rurales, los grupos sociales más excluidos y depauperados, la pequeña burguesía, la burguesía no monopólica y no asociada a los intereses imperialistas, así como los diversos movimientos, organizaciones y partidos que sean expresión de estos sectores y clases”.
Este es un concepto que ya hemos venido promoviendo desde hace mucho tiempo, y que consideramos de fundamental importancia para consolidar y desarrollar la lucha contra el imperialismo y por la plena liberación nacional. Creemos que en la actualidad ese concepto puede encontrar expresión concreta en el llamado Polo Patriótico que impulsa el Presidente Chávez, a condición de que este Polo sea correctamente caracterizado y definido como “una instancia política unitaria y con dirección colectiva; dotada de una propuesta programática con claridad en cuanto a sus objetivos de corto, mediano y largo plazo; permanente y no coyuntural; con visión estratégica y no restringida al ámbito electoral; que estimule y promueva la discusión política e ideológica de fondo; y, sobre todo, que se caracterice por una dinámica interna que respete la diversidad y favorezca la participación equitativa y democrática de todas las corrientes, organizaciones, tendencias y factores políticos y sociales componentes de la alianza antiimperialista”.
Ahora bien, puesto que el FANP o Polo Patriótico, por su carácter de amplia alianza que requiere la participación de ciertas fracciones o segmentos de la burguesía no monopolista y la pequeña burguesía, no es ni puede ser un instrumento político adecuado para el proceso de construcción del socialismo, nuestra Línea Política, en coherencia con nuestro Programa y nuestros objetivos estratégicos, que apuntan mucho más allá de la lucha antiimperialista y la liberación nacional, identifica y define también tareas e instrumentos de más largo alcance y mayor aliento. Se trata de la conformación, junto a las demás fuerzas consecuentemente comprometidas con la perspectiva del socialismo, del Bloque Popular Revolucionario (BPR), “necesariamente circunscrito a quienes nos proponemos la completa abolición de la clase explotadora, y que por lo tanto no puede incluir absolutamente a ninguna fracción burguesa ni a organización alguna que exprese sus intereses”.
Es de vital importancia, no obstante, avanzar en la construcción de ese BPR sin promover por ahora el debilitamiento o la ruptura del Frente Amplio, sino como parte dialéctica de éste. Una disolución prematura del FANP se traduciría en nuevas y mayores dificultades para el ya complejo proceso de liberación nacional en curso. Por ello, insiste la Línea Política, “se hace necesario para nosotros abordar con flexibilidad dialéctica y habilidad política la construcción simultánea en dos niveles diferentes, uno más táctico y otro más estratégico”, a fin de defender los objetivos antiimperialistas y de liberación nacional encarnados en el FANP, fortaleciendo al mismo tiempo las banderas clasistas y socialistas que deben expresarse en el BPR.
La clave de todo ello, concluye la Línea Política, está en la construcción de una nueva correlación de fuerzas “favorable a la clase obrera y al pueblo trabajador, es decir, a los factores políticos y sociales más consecuentemente antiimperialistas y más interesados en la profundización del actual proceso de cambios, para el desmontaje del aparato estatal burgués, la construcción del nuevo Estado Democrático Popular Revolucionario, el progresivo desmantelamiento del sistema capitalista y la edificación del socialismo en la perspectiva de la formación económico-social comunista”.
La correlación de fuerzas actualmente existente, tanto en la alianza que apoya al gobierno como en general en el país, es claramente desfavorable para estos objetivos. Por un lado, la tendencia dominante en el gobierno y en el principal partido que lo apoya, es fundamentalmente determinada por los sectores emergentes de la burguesía y la pequeña burguesía en asociación con ciertos círculos del funcionariado civil y militar; y por otro lado, la clase obrera y el pueblo trabajador en general, no han alcanzado todavía el nivel necesario de conciencia, organización, claridad programática y movilización que les permitiría imponer su hegemonía de clase y asegurar así tanto el éxito final de la liberación nacional como la orientación decisiva del proceso hacia la perspectiva socialista.
*Miembro del Comité Central del PCV.
TP/PCC
No hay comentarios:
Publicar un comentario