Diputado Oscar Figuera |
Caracas.- TP.- “Es Justicia lo que solicitamos, es justicia lo que demandamos”, señaló el diputado Oscar Figuera en su intervención a nombre del Partido Comunista de Venezuela (PCV) en la segunda discusión del Proyecto de Ley para Sancionar los Crímenes, Desapariciones, Torturas y otras Violaciones de los Derechos Humanos por Razones Políticas en el Período 1958-1998, discutido en el día de ayer.
Este instrumento legal tiene por objeto garantizar el derecho a la verdad y sancionar a los responsables de los hechos de violaciones de derechos humanos y delitos de lesa humanidad durante la IV República.
A continuación la intervención integra del Secretario General del Partido Comunista de Venezuela (PCV), camarada Oscar Figuera:
Ciudadanos diputados, buenas tardes.
A las camaradas, los camaradas, a los compatriotas, a los hombres y mujeres que resistieron, que sobrevivieron, que combatieron y entregaron su vida, su esfuerzos y su lucha por la liberación de Venezuela. Un abrazo camaradas, seguimos resistiendo, luchando y venciendo ahora para hacer posible que esta revolución bolivariana avance hacia el socialismo y haga justicia. Ni impunidad, ni olvido; justicia revolucionaria es lo que pide el pueblo venezolano.
Bueno, aquí uno oye de todo definitivamente. El cinismo es inmenso, demasiado grande, pero obviamente, el cinismo no puede ocultar la verdad, el cinismo no puede lanzar a toda la realidad histórica un velo que impida que los pueblos sepan diferenciar la verdad de un discurso de la manipulación, de la provocación que renegados y provocadores de las intervenciones anteriores han realizado en esta Asamblea, donde, pudiéramos decirlo, ustedes saben que yo generalmente no acostumbro, y quienes militamos en el Partido Comunista no acostumbramos, a adjetivizar a nadie que intervenga en esta Cámara. Sin embargo, más que adjetivizar se trata de caracterizar.
Se han realizado aquí intervenciones de provocadores y de renegados que intentan señalarnos que el camino que ellos han recorrido, que es el camino de la entrega, que es el camino de la traición, que es el camino de ponerse al servicio del imperialismo y la burguesía, es el camino correcto y es el camino que nosotros tenemos que señalar y ratificar en el día de hoy. Camino que ha rechazado y combatido el pueblo, que rechazaron quienes se levantaron en armas en los 60 contra la oligarquía, contra el betancurismo, contra el imperialismo, quienes entregaron sus vidas y han hecho posible que ésta revolución sea parte del devenir histórico del pueblo venezolano. Esta es la línea que las revolucionarias y revolucionarios hemos levantado en este proceso de lucha del pueblo venezolano, frente a la reacción, frente a la oligarquía y frente al imperialismo.
Yo quisiera hacer algunas referencias muy particulares. En primer lugar, hacer un llamado a que reflexionemos sobre cuáles fueron las causas por las cuales los gobiernos adecos y copeyanos, del bipartidismo puntofijista al servicio de la oligarquía y el imperialismo luego del 58 y hasta el 98, no propusieron, con la mayoría que mantuvieron en los respectivos congresos, una Ley de estas características para sancionar a los torturadores y asesinos de la dictadura perezjeminista. ¿Por qué no lo hicieron? Es la pregunta que tendríamos que hacernos hoy y que el pueblo venezolano tendría que responderse. ¿Por qué no hicieron eso durante 40 años que dominaron el congreso de la democracia representativa puntofijista al servicio de la oligarquía, al servicio del imperialismo?
Muy sencillo, camaradas, pueblo de Venezuela. Porque el bipartidismo adeco-copeyano que traicionó la insurrección cívico-militar del 23 de enero de 1958, ese bipartidismo, se puso al servicio de la oligarquía y el imperialismo y asumió a los mismos torturadores, a los mismos asesinos que en los tiempos de Pérez Jiménez asesinaban y torturaban a los revolucionarios y a los combatientes que luchaban por los derechos del pueblo venezolano. Entonces vienen ahora con su caradurismo a decirnos: “¿Por qué en esta ley no se incluye aquel tiempo?”.
Es necesario que el pueblo venezolano, incluso quienes militaron y militan en esas organizaciones, se quiten un velo de los ojos y sepan que quienes hoy de manera cínica, de manera falsa, de manera farisaica hacen un discurso desde esta Asamblea Nacional demandando que se amplíe el lapso que tendrá en cuenta esta ley, lo están haciendo simple y llanamente como un intento de manipulación de la conciencia colectiva. Pero cuando tuvieron Poder no fueron capaces de poner en práctica lo que aquí están diciendo. Cuando tuvieron Poder lo que hicieron fue ponerse al servicio de la reacción, de la contrarrevolución; ponerse al servicio de la oligarquía; ponerse al servicio del imperialismo, ponerse al servicio de la persecución de los militantes populares y revolucionarios en Venezuela.
Y aquí lo han dicho otras intervenciones: no es lo mismo que suceda la muerte de un ciudadano en una circunstancia determinada, a que muera como consecuencia del desarrollo de una política de terrorismo de Estado. No es igual y es también necesario que lo tengamos en cuenta.
Aquí es fácil, camaradas, hacer un relato histórico de lo que aconteció a partir de que Rómulo Betancourt y, con él, el bipartidismo y el imperialismo, se instalaron en Venezuela. ¿Qué aconteció en Venezuela? Aquí es muy fácil hacer ese relato partiendo de recordar que en aquel momento la orientación que el betancurismo y el imperialismo le dan a su gobierno fue aislar, segregar y asesinar a los comunistas y a los combatientes revolucionarios. Esa fue la línea de conducta que orientó al gobierno betancurista y al gobierno de Leoni, como también se dijo aquí, y que se expresó en la consigna de “disparen primero y averigüen después”, ¡ASESINEN PRIMERO A QUIENES LUCHAN Y DESPUÉS AVERIGÜEN!. Pero efectivamente no se averiguaba, lo que se hacía era ocultar la verdad para intentar mantener en la oscuridad esa línea de acción de asesinatos de nuestro pueblo.
Si aquí nosotros le hacemos una continuidad y un seguimiento a esa realidad, nos encontramos camaradas que ya desde el 59 y primeros años de los 60, la persecución contra los militantes populares y el movimiento obrero y sindical, el asalto a las asambleas sindicales y el asesinato de los dirigentes de la construcción, el petróleo y en distintos sectores, el asesinato y la agresión contra las movilizaciones de calle de los trabajadores y los desempleados aquí en Caracas y en muchas partes del país, era la manera en que el gobierno de Betancourt, el gobierno de la oligarquía, respondía frente a la resistencia del pueblo contra la entrega del país a los intereses trasnacionales. Esa fue la línea que condujo la acción de los sectores en gobierno en los tiempos del puntofijismo.
Y por eso es, camaradas, que no es posible entonces alegar que porque en el seno de los sectores revolucionarios hubiesen visiones críticas del proceso, no es posible entonces argumentar con un caradurismo, con un cinismo infame, que eso justificaba que esos gobiernos persiguieran, asesinaran, desaparecieran, torturaran a los luchadores y a los combatientes revolucionarios.
Nosotros no pedimos perdón por nuestros cuadros que murieron en la confrontación armada de frente, nosotros reclamamos contra las acciones de asesinatos, tortura y desaparición de los combatientes revolucionarios. Porque quienes murieron con las armas en la mano, defendiendo los intereses del pueblo venezolano, lo hicieron conscientes de que defendían los intereses colectivos de nuestro pueblo, las máximas esperanzas del pueblo venezolano. Que no se rendían y que estaban dispuestos a entregar las vidas frente al imperialismo y frente a la reacción.
Nosotros aquí estamos exigiendo castigo para los torturadores, para los asesinos, para los represores y para quienes no fueron capaces de defender y respetar los derechos humanos en una época que denominaron de “Democracia”, democracia al servicio del capital. Entonces, camaradas, combatientes y militantes de la revolución, es Justicia lo que solicitamos, es Justicia lo que demandamos.
Y es entonces en ese sentido que nosotros decimos que cada uno de los miles de camaradas, de compatriotas que murieron, que fueron asesinados, que cayeron en la confrontación, son símbolos colectivos de la liberación, son símbolos del compromiso, son símbolos de la lealtad del pueblo venezolano con los trabajadores, con los sectores populares, con las organizaciones revolucionarias. Esa experiencia y ese ejemplo hoy es un símbolo que sirve a las nuevas generaciones para seguir combatiendo, para seguir luchando y para seguir haciendo posible que en la tierra de Bolívar podamos avanzar de verdad en la dirección de una revolución, no solamente de Liberación Nacional, sino también que avance en la dirección del Socialismo.
Vaya también camaradas, y a esta altura del final de mi intervención, nuestro saludo a la camarada María del Mar Álvarez de Lovera. Un abrazo, María del Mar, un abrazo para ti y al decir para ti a todas y todos ustedes que sobrevivieron a la represión, que sobrevivieron al asesinato, que sobrevivieron a la tortura y que fueron capaces de mantener en alto la dignidad del pueblo venezolano. Para ustedes que resistieron, que lucharon, y con cuyo ejemplo hoy estamos venciendo, un abrazo.
Hasta la Victoria, Siempre camaradas, Venceremos.
TP/PCC
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