jueves, 1 de septiembre de 2011

De castaño a oscuro

Carlos Castaño conocía de antemano las columnas de Ernesto Yamhure
Por Claudia Julieta Duque. Especial para Un Pasquín

Documentos hallados en una USB en poder de la Fiscalía revelan que Carlos Castaño conocía de antemano las columnas de Ernesto Yamhure y tenía injerencia sobre su contenido.

“Le pido un favor, inserte un párrafo donde alerta a las AUC sobre la importancia del cumplimiento de su palabra ante la opinión pública, de cumplir con el cese de hostilidades, que incluye abandonar definitivamente cualquier participación en actividades del narcotráfico, pues es lo que espera Estados Unidos. (…) Amigo, a mí me parece que así es más válido lo que usted escribe, y muestra su línea crítica con todos los violentos”.


Con estas palabras, Carlos Castaño aconsejaba a su ‘amigo’ Ernesto Yamhure Fonseca la modificación de una columna que éste publicaría en el diario El Espectador el 1º de diciembre de 2002.

“No asesinar a un colombiano más, no a la piratería en carreteras y nada de extorsión, y más bien debe dedicarse (ahora que tienen un conducto legal con el gobierno) a pasar información a las autoridades competentes para contrarrestar cualquier actividad criminal de los enemigos de la Paz. Del cumplimiento de su palabra dependerá la confianza y el respaldo de los colombianos al proceso de paz negociación con ellos”, pedía Castaño.

En un principio el artículo se titularía “Felicitémonos”, en mención al cese de hostilidades decretado en forma unilateral por los grupos paramilitares el 29 de noviembre de ese mismo año.

La columna, además de ser un mensaje de bienvenida al proceso de paz con las Auc  sería también una diatriba contra la revista Semana, la Comisión Colombiana de Juristas y su director Gustavo Gallón, y contra el analista León Valencia.

Las sugerencias de Castaño solicitaban también eliminar esos ataques: “no creo conveniente su crítica descarnada a la revista Semana, es mejor ignorar eso. Tampoco es conveniente hacer peyorativo el título del libro de León Valencia, pues no es eso lo que sugiere el libro”.

Tras las observaciones de Castaño, la columna fue reescrita y publicada el 1º de diciembre, con el título “El fin del caballito”.

Poco antes, el 18 de noviembre, Yamhure le había enviado a Castaño sus “Consideraciones sobre el Primero de Diciembre”, documento en el que mencionaba a Norberto Bobbio y su tesis de la paz negativa y la paz positiva, así como los acuerdos logrados con el entonces Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, en reuniones previas, y hacía consideraciones sobre aspectos que deberían ser incluidos en el comunicado que anunciaría el cese de hostilidades.

“Me permito hacer algunas recomendaciones sobre el contenido de ese comunicado para evitar cualquier tipo de vacíos o dar pié para que malintencionados observadores del conflicto interno traten de torpedear el importante gesto de paz de las AUC :

—Es recomendable que el comunicado vaya acompañado por manifiesto de buena voluntad de todos y cada uno de los comandantes de los diferentes bloques que hacen parte de las AUC; que el País no sólo vea un comunicado de una organización, sino un compromiso personal de cada comandante de bloque. Ese compromiso, de paso, involucra profundamente a cada comandante y, en caso de incumplir, el país podrá reclamarle no sólo a la organización sino al responsable directo.

—La declaratoria se dará el primer día del mes más importante del año. Por un lado, es un regalo de Navidad que las Auc le hacen  al país, pero también puede ser leído de manera equivocada como si fuera una “tregua navideña”. En el comunicado, hay que hacer claridad sobre ese punto explicando que no se trata de un gesto político de corto plazo, sino que es el primer paso de muchos que se darán en busca de la reconciliación nacional.

—Valdría la pena involucrar un poco al Gobierno sobre el éxito del cese de hostilidades, pues en tanto la Fuerza Pública proteja las zonas de frontera de las regiones en cese de hostilidades, será muy poco probable una presencia militar de las Farc en esas zonas.

—Hay que hacer énfasis en el tema del acompañamiento y la veeduría internacional del cese de hostilidades para que sea la Comunidad Internacional la encargada de hacer cumplir la palabra empeñada de las AUC”.

Todos los documentos, contenidos en la memoria USB de Carlos Castaño entregada a la Fiscalía por Hebert Veloza García, alias HH, en julio de 2008, dan cuenta de la estrecha relación entre Ernesto Yamhure, hoy conductor del programa La Hora de la Verdad de Radio Súper, y el hasta 2004 máximo jefe de los grupos paramilitares.

Información compartida La relación entre Castaño y Yamhure ha sido también comentada por Juan Rodrigo García Fernández –hermano de Carlos Mauricio, el ex comandante del Bloque Metro de las Autodefensas asesinado en julio de 2004–, y por Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán.

En enero de 2009, en una declaración rendida dentro del proceso que se sigue por el asesinato del periodista Jaime Garzón, García Fernández aseguró que en ocasiones acompañó al columnista de El Espectador “en el sauna de la casa de Carlos Castaño, mientras yo tomaba café ellos tomaban whisky y el doctor Yamhure fumaba su pipa”.

“El doctor Yamhure participó conmigo (…) en al menos dos reuniones con las autodefensas, una de ellas señalada por mí en una columna de opinión que debe circular esta semana [enero de 2009] en el periódico Urabá Hoy y en la cual el doctor Yamhure manifestó en contravía de mi apreciación de la necesidad de un proceso de paz que atendiese a las causas de la violencia en las diferentes regiones, que ya las causas objetivas y subjetivas de la violencia ni se estudiaban y por el contrario el tema de la negociación sería coca, coca y coca”.

De acuerdo con García Fernández, en el 2009, Yamhure viajó a la Brigada 11 de Montería para recoger “información para un libro que iban a publicar en respuesta al de Las Puertas del Ubérrimo”.

Desde sus columnas en El Espectador, durante casi una década Yamhure ha fustigado a defensores de derechos humanos, políticos de la oposición y algunos periodistas. Reconocido por varios medios como el alter ego de Álvaro Uribe, Ernesto Yamhure es un connotado crítico de quienes a su vez critican al ex mandatario.

Lo que no se sabía hasta ahora es que, además, sus columnas eran discutidas antes de su publicación con jefes paramilitares.

Cuando Un Pasquín le preguntó sobre su relación con Carlos Castaño y ese intercambio de mensajes, el articulista dijo: “Yo nunca le enviaba los borradores al jefe de una organización criminal para que escribiera mis columnas; simplemente estaba consultando si los contenidos se ajustaban a la información que me proveía él como fuente en mi trabajo periodístico”.

De igual manera descartó que dichas consultas constituyeran un conflicto de intereses o una falta ética, aunque reconoció que las directivas de El Espectador nunca fueron informadas sobre los mensajes que se cruzaban Castaño y él acerca del contenido de las columnas que publica regularmente en la página editorial del diario capitalino.

El siguiente es el borrador que,  según El Pasquín, Yamhure le envió al cabecilla de sicarios del régimen, denominados paramilitares o Autodefensas Unidas de Colombia, Carlos Castaño, en noviembre de 2002. A continuación el artículo publicado por El Espectador reescrito, tras las observaciones que el líder criminal le hizo al columnista:

Felicitémonos
Por Ernesto Yamhure

A pesar de los chismes malintencionados que publicó la revista Semana, de las especulaciones de los peace makers que brotan de la nada cada vez que medio se asoma la posibilidad de realizar un

proceso de paz, de los análisis “concienzudos” de los mamertos como el inefable doctor Gallón de la “comisión colombiana de juristas”, connotada ONG defensora de los derechos humanos, equilibrada en sus criterios y clara frente a las locuras de las Farc, las Autodefensas Unidas de Colombia se le midieron a lo que nadie creía que serían capaces: decretar un cese de hostilidades a partir de hoy.

Lo hicieron, no les tembló el pulso a los comandantes de esa organización armada a la hora de plasmar su firma en el documento que salió a la luz pública el pasado viernes y en virtud del cual, comenzará, desde hoy y quién sabe hasta cuándo, el silenciamiento de los fusiles de uno de los actores armados del conflicto.

El cese de hostilidades de las AUC, generará unos efectos inmediatos y cambiará la dinámica de la guerra interna. Si los comandantes de la organización antisubversiva cumplen, lograrán el mayor

triunfo político de la historia en contra de las Farc, pues de una vez y por todas quedará enterrado el caballito de batalla que esa guerrilla ha utilizado para no encarar con seriedad un proceso de negociación y sobre el que cabalga la chimba teoría de que no cesan hostilidades en tanto las AUC
sigan disparando.

Ahora, cuando los fusiles de las Autodefensas están callados y sus hombres en posición eminentemente defensiva, ¿cómo explicarán las Farc el por qué no se sentarán a una mesa de diálogo y negociación? ¿Serán tan bellacos de elucubrar un nuevo argumento para seguir justificando la matanza de colombianos? Las cosas no están fáciles ni para las Farc ni para el Eln.

El cese de hostilidades de las AUC significa el fin de buena parte de un discurso guerrerista y, por eso, creo que el case que hoy pusieron las Autodefensas sobre la mesa del conflicto, obligará a los otros dos actores a sentarse a negociar seria y reflexivamente.

Hoy, mirando retrospectivamente la situación, podríamos decir que el nefando proceso del Caguán, fueron las últimas vacaciones de la guerrilla y que ahora, con un Gobierno decidido, eficiente, pragmático y que busca resultados concretos, ellos, los guerrilleros, tendrán que sentarse a negociar, pero en serio, sin tantas camaritas de televisión, sin tantas visitas de Salud

Hernández Mora, sin tantas herraduras ni abrazos hipócritas, sin tantas botellas de whisky de esas que nunca faltaron en el célebre quiosco de San Vicente, sin periplos por Europa y, claro, sin el ingenuo Camilo Gómez.

Felicitémonos todos los colombianos que le apostamos a la paz, porque como pintan las cosas, dentro de muy poco tiempo podremos ir en masa a decirle al reinsertado politólogo, León Valencia, que muy equivocado andaba cuando escribió ese libro en el que se le daba la bienvenida

a la guerra y se despedía a la política, porque de ahora en adelante vamos a demostrarnos a nosotros mismos y al mundo entero que sí somos capaces de acabar con nuestras diferencias escupiendo palabras y no plomo.
eyamhure@electorales.com

El fin del caballito
Por Ernesto Yamhure

Cumplida la condición de decretar el cese de hostilidades, es muy seguro que en los próximos días el Gobierno anuncie que comenzará a negociar con la Auc.

Desde hace ocho días se destapó la noticia, El Espectador y Semana, con diferentes interpretaciones e intereses, hablaron sobre un eventual proceso con las autodefensas. Gran bomba noticiosa. El país se pronunció al respecto. Brotaron de la nada cantidad de “expertos” prestos a analizar y a editorializar sobre ese tema.

Uno de ellos, flamante director de revista, fue tan ligero en sus apreciaciones que hasta se atrvió a plantear que todo esto se trataba de un desarme. Tamaña barbaridad ratifica que la ignorancia es atrevida, pues una persona medianamente ilustrada sabe que la entrega de armas, si es que se da, es el paso previo a la desmovilización, según lo enseña la teoría de la negociación de conflictos.

Y mientras Julio Sánchez nos transmitía las opiniones de sus oyentes sobre el particular, las Farc y el Eln guardaban un silencio bastante sospechoso, que permite analizar la posible actitud de esas organizaciones subversivas frente al cese de hostilidades y eventual negociación con la Auc.

Por un lado, la guerrilla podría tomar la torpe alternativa de tratar de entrar a las zonas en las que se encuentran las tropas de autodefensas en cese con el fin de torpedearlo y obligar a una reacción armada defensiva.

El Derecho Internacional es claro en ese punto: una acción defensiva en cese de hostilidades, jamás puede ser leída como una ruptura del mismo.

La otra conducta que podrían asumir los grupos guerrilleros, sería la de mantenerse al margen del cese respetándolo y esperando a que el Estado negocie y arregle con las autodefensas y con ello desaparecería su peor enemigo, sin necesidad de confrontarlos militarmente.

Y la tercera opción, la ideal, es que la declaración de las autodefensas que empieza a aplicarse a partir de hoy, sea leída por las guerrillas como un cese que incentive a que éstas se sumen a la posibilidad de encontrar una solución política.

No es descabellado proponer la creación de una gran mesa nacional de diálogo en la que participen, de manera paralela más no conjunta, negociadores de las Farc, el Eln y las Auc. Esa opción es perfectamente viable, máxime ahora que el gran discurso de la guerrilla, con el que justificaban los no avances en las negociaciones, ha quedado enterrado.

En efecto, tanto las Ferc como el Eln, históricamente se han escudado en la existencia de las autodefensas para entorpecer cualquier acuerdo tendiente a alcanzar la paz. A partir de hoy y mientras dure el cese de hostilidades decretado por las Auc, ese caballito de batalla ha quedado enterrado.
eyamhure@electorales.com

Fuente: http://www.unpasquin.com/PDF-Version/Un-Pasquin-Ed56.pdf

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