martes, 27 de enero de 2009

Entrevista con Carlos Lozano, director de Voz (Colombia)


“Los pueblos de Colombia y Venezuela por encima de todo son hermanos”


Por Jorge Salguero

Intervisa


Carlos A. Lozano Guillén es una de las figuras más destacadas de la izquierda colombiana. Es director del periódico Voz, semanario de circulación nacional, con 51 años de existencia y persistente opositor del gobierno de Álvaro Uribe Vélez al que fustiga cada ocho días con enérgicos y contundentes artículos de opinión, miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano y de la Junta Nacional del Polo Democrático Alternativo. Además de reconocido activista por la paz en Colombia, en particular con la guerrilla de las Farc, hasta el punto que la Fiscalía General de Colombia, presionada por el Gobierno de Uribe, le adelanta una absurda investigación por presuntos vínculos con la guerrilla, lo cual es rechazado por numerosos sectores en Colombia y en el exterior. Es integrante de “Colombianos por la paz”, grupo de los intelectuales que adelanta el diálogo epistolar con las guerrillas, bajo la coordinación de la senadora colombiana Piedad Córdoba.


Ayer (sábado 24 de enero), en Cartagena de Indias, se reunieron los presidentes Hugo Rafael Chávez Frías de la República Bolivariana de Venezuela y Alvaro Uribe Vélez de Colombia. Por lo menos en el registro de la información fue un encuentro cordial y positivo.

¿Cree usted que están superados los enfrentamientos y las rivalidades entre los dos gobiernos?
R. Creo que el encuentro fue positivo y necesario. Son asuntos de Estado. Los gobiernos de Venezuela y Colombia, a pesar de sus diferencias ideológicas, están llamados a promover el comercio binacional, las buenas relaciones de vecindad y la ayuda mutua en un momento tan complejo como la crisis económica mundial del capitalismo. Ello no lo veo mal y corresponde a los intereses de los pueblos en ambos países. Los pueblos de Colombia y Venezuela por encima de todo son hermanos.


Ahora, no creo que las diferencias ideológicas, los propósitos distintos en los objetivos de cada Gobierno, estén superados. No es un asunto de rivalidades. Son los intereses contradictorios, antagónicos, que cada Gobierno representa, Chávez es cabeza de un Gobierno que protagoniza una revolución bolivariana en beneficio de su pueblo y de la integración soberana de América Latina sin la férula gringa; mientras Uribe Vélez es el representante de los intereses norteamericanos, de las multinacionales y del gran capital. No es un Gobierno social ni democrático. Al contrario, es lo peor que le ha pasado a nuestro país en el último tiempo. Representa lo más atrasado de la clase dominante: el sector militarista y agresivo, que niega los derechos sociales y promueve la guerra interna y la represión contra el pueblo.


Esas diferencias no se borran ni en ésta ni en futuras reuniones. Como tampoco la estrecha relación de Uribe con los enemigos de Venezuela lo que hace persistir la desconfianza y las contradicciones de fondo.


¿Usted asegura que desde Colombia se conspira contra Venezuela?


R. Sí, lo aseguro. Hay suficientes indicios y pruebas de que en Colombia se han fraguado varias provocaciones contra la revolución bolivariana. De aquí fueron enviados paramilitares a desestabilizar el proceso político. Aquí se da cabida a enemigos del Gobierno de Chávez y a delincuentes que atentaron contra la democracia en el hermano país. Y como si fuera poco, el más enemigo de los enemigos de la República Bolivariana de Venezuela es el ministro de la Defensa Nacional, Juan Manuel Santos. Hay testimonios de paramilitares desmovilizados que aseguran de las acciones desestabilizadoras con apoyo de funcionarios gubernamentales y de militares colombianos. Sin excluir la conversación telefónica que se conoció hace unos meses entre el cónsul colombiano de Maracaibo y el asesor presidencial José Obdulio Gaviria en que se solazaban del triunfo de la oposición en algunos estados y hablaban de que “eso es útil para los planes de allá”. Nunca se aclaró de qué planes se trataba. Esta es la realidad que dice por sí sol

a. Es decir, usted no le ve futuro a las relaciones colombo-venezolanas


R. No, esa no es la conclusión. Creo que ambos países deben tener excelentes relaciones y fluido intercambio comercial. La estrecha amistad entre los dos pueblos está por encima de todo, son de mucho peso los lazos comunes, la idiosincrasia y las raíces culturales y folclóricas, amén de nuestro mismo padre de la patria. La frontera común tan larga y extendida casi que anula el concepto de Estado-Nación y coloca por delante un conjunto de necesidades comunes y de vida compartida que no puede malograrse con odios y rencores. Eso es lo más importante. Aunque hay que estar alerta, pilas con las trampas del Gobierno colombiano. No hay que olvidar que con el argumento de la extraterritorialidad de la “seguridad democrática” colombiana, Uribe Vélez ordenó misiones y operativos militares más allá de la frontera. Con esa justificación insolente, los militares colombianos, con apoyo de Estados Unidos, bombardearon el campamento de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano. El efecto fue la desconfianza venezolana y la mayo
protección de sus fronteras.



De lado colombiano aseguran que Chávez apoyó y financió a las Farc. Al menos así se deduce de los computadores de Raúl Reyes.

R. Eso nunca se comprobó. Fue el manejo turbio y perverso del cuento de los computadores de Reyes, convertidos en Lámpara de Aladino de donde sale información para favorecer toda argucia o pretensión de los gobiernos de Colombia y de los Estados Unidos. Por lo demás los computadores nadie los ha visto, ni siquiera quienes estamos enjuiciados por los supuestos hallazgos en él. Nunca los vi. Nadie me los mostró. Son como fantasmas que recorren los organismos de inteligencia de Colombia para acusar a la oposición y a quienes no compartimos la guerra uribista. En el fondo convirtieron esto en un chantaje a gobiernos democráticos, a extranjeros que apoyaron la paz, a activistas de la paz en Colombia y a militantes de la izquierda.

¿Usted está de acuerdo con la reelección de Alvaro Uribe Vélez?


R. No estoy de acuerdo. Sería la segunda reelección, lograda a través de trampas y de compra de votos en el Congreso para aprobar la enmienda constitucional.

¿Y con la reelección indefinida de Hugo Rafael Chávez Frías?


R. Son situaciones diferentes. Mi oposición no es a la reelección como una figura democrática que le dé más opciones a un buen gobernante. Mi rechazo es a la reelección de Uribe Vélez que es lo peor que le pudo pasar a Colombia. Es un desastre y ello no puede prolongarse, menos aún mediante trampas. El de Uribe es un Gobierno corrupto, signado por el narcoparamilitarismo y otras lacras. El daño que le hizo a América Latina en su turbio maridaje con Bush es enorme. Ya sabemos cómo salió este señor de la Casa Blanca. A lo mejor el mismo destino tendrá Uribe para salir muy mal de la “Casa de Nari” como le dicen los paramilitares en tono familiar a la casa de los presidentes en Bogotá. Chávez representa otra cosa. Es la opción democrática y social, la revolución bolivariana que se acerca a cumplir el sueño del Libertador. Son antagonismos que mueven la historia en los dos países.

¿Qué espera del nuevo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama hacia América Latina?
R. Creo que hay que darle el beneficio de la espera para ver si “es verdad tanta belleza” de lo que asegura y dice, que desató las expectativas en todo el mundo. No me hago grandes ilusiones, pero en lo concreto se observan diferencias con Bush. Podríamos decir que asumió el Gobierno un nuevo sector de la clase dominante en Estados Unidos, que se apoya en el multilateralismo y en los derechos humanos. En el discurso no aludió para nada a América Latina. Como si no existiera esta región que Estados Unidos la considera su patio trasero. Es reflejo de que la considera igual o que no le da ninguna importancia. ¡Amanecerá y veremos! De todas maneras, si en realidad quiere rectificar en el trato hacia América Latina debe comenzar por suspender el bloqueo contra Cuba y reorientar las relaciones sobre la base del respeto con la República Bolivariana de Venezuela, Bolivia y Ecuador. También por establecer un trato de respeto y de igualdad con los países latinoamericanos. Si es así, debemos celebrar el cambio.



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