martes, 12 de junio de 2012

Partido Comunista Colombiano-Comité Departamental Quindío

Comunicado

Frente a la denuncia presentada por el compañero Carlos Lozano Guillen, Director del Semanario Voz, integrante del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, de la Dirección Nacional del Polo Democrático Alternativo y de la Junta Directiva Nacional del Movimiento Político Marcha Patriótica,  en la cual asegura que un grupo narcoparamilitar  ha destinado la suma de USD 200.000, para planear un atentado contra su vida; El Comité Departamental Quindío del Partido Comunista Colombiano, expresa ante el Gobierno del Señor Juan Manuel Santos Calderón, su más enérgica exigencia de plenas garantías, orientadas a proteger la vida del Dirigente Comunista, su honra y bienes, creencias y demás derechos y libertades, tal y como lo señala el Artículo 2, de la Carta Política de nuestro País.


En esta Colombia, desde el momento mismo en que fue proclamada como República hasta nuestros días, quienes han detentado el poder, lo han hecho recurriendo a la mentira, a la persecución, a la violencia, al despojo, y al exterminio de sus opositores; prácticas que a todas luces configuran lo que ha sido llamado terrorismo de Estado despótico. Los poderosos han combinado todas las formas y métodos político-militaristas, para impedir la reestructuración que necesita el País. Han utilizado la cooptación, el hostigamiento, los montajes judiciales, las amenazas, la tortura, el asesinato aleve y la barbarie, contra quienes hemos levantado las banderas de paz y justicia social para Colombia. Estos “Señoritos”,  enquistados en el poder político y económico de Colombia, pertenecen  a la misma clase social que históricamente ha pisoteado la soberanía nacional y la dignidad de nuestro pueblo; son los mismos que han entregado a los Estados Unidos de Norteamérica, nuestras riquezas naturales, nuestra biodiversidad y nuestro patrimonio cultural. Pero nada han entregado gratis, algo les ha quedado, algo les han dado a cambio: la garantía de seguir disfrutando sempiternamente, el privilegio de acumular y acumular riqueza, para las pocas familias pertenecientes a su misma clase.

La ultraderecha colombiana, respaldada por la cúpula militarista y por los halcones norteamericanos, han comenzado a mover sus fichas para exterminar, desde sus inicios, la multitudinaria marcha de mujeres y hombres dignos y valientes, decididos a recorrer el camino que los conduzca al punto de encuentro con la conquista de sus reivindicaciones. A los pueblos del mundo, les asiste el legítimo derecho de imponer la paz, cuando quienes por Ley están obligados a garantízala, no lo hacen. Que equivocados están los que piensan que el pueblo colombiano es cobarde. Ignoran u olvidan, que sus ancestros ya vencieron otras tiranías sobre este suelo;  ignoran u olvidan  que en todas las eras y en todos los tiempos, han emergido de nuestro pueblo, mujeres y hombres corajudos y tesoneros, capaces de entregar sus vidas en procura de la paz, la dignidad y la libertad para Colombia.

Desde el Quindío, los comunistas formulamos un llamado a todas las organizaciones populares, sociales, sindicales, estudiantiles, campesinas, de género, y demás representaciones del pueblo, que han trabajado por la solución política al conflicto social y armado en Colombia; a comprometerse con la conformación de un gran escudo humano, cuyo objetivo deberá ser el de proteger y preservar la vida e integridad física de luchadores insignes por la paz de Colombia, como lo son Carlos Lozano Guillen, Piedad Córdoba Ruiz, Iván Cepeda Castro, Gloria Cuartas Montoya, y demás combatientes por la paz y la justicia social en para Colombia. Es la hora de la resistencia, entendida como una manera de reivindicar “otras formas de ser y estar en el mundo”. Es la hora de la organización, de la acción de masas, de las movilizaciones, y de todas las iniciativas populares que nos permitan transitar el camino hacia la paz, las libertades democráticas y la justicia social.

Al Señor Presidente Santos, este pequeño recuerdo:

“Bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio. ¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!”*

*Del discurso que Jorge Eliécer Gaitán, dirigido al Presidente Mariano Ospina Pérez, el 7 de febrero de 1948 en la Manifestación del Silencio en la plaza Bolívar de Bogotá

Armenia, 8 de junio de 2012.
José Isaac Mosquera Palacio
Secretario Político P.C.C. Quindío.

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