Al iniciarse este miércoles en Brasil otra Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río+20), un grupo de
países continúa ignorando el nexo existente entre el avance económico y
social y la preservación del medio ambiente reconocido en 1992 durante
la Cumbre de la Tierra, bajo el paradigma del desarrollo sostenible.
En aquel encuentro, el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro,
dirigió un mensaje a los representantes mundiales reunidos en Brasil
donde expuso las principales causas de la destrucción del entorno y
acusó a las sociedades de consumo como las máximas responsables de la
progresiva destrucción de las condiciones naturales de vida del hombre.
La Cumbre de la Tierra fue además el escenario donde Fidel Castro
mostró un camino para salvar al planeta, propuesta que pudiera incluso
ser utilizada hoy día.
Muy poco se ha hecho desde entonces para contrarrestar el continuo
deterioro de la calidad ambiental y la agudización de los principales
problemas socioeconómicos internacionales.
Al contrario, cada día se hacen más evidentes los efectos del cambio
climático mientras persisten las contradicciones, los antagonismos entre
quienes proponen como alternativa, la adopción del concepto de
“economía verde” y con ello la mercantilización de la vida, y los
defensores de la “economía solidaria”, por una justicia ambiental en
oposición al modelo de desarrollo especulativo depredador que pretende
imponer el neoliberalismo.
Veinte años después de las proféticas palabras del líder histórico de
la Revolución cubana, Brasil vuelve a convertirse en sede de una
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible y pese a
la incertidumbre respecto a los resultados que puedan derivarse de esta
nueva cita, lo que sí es ya un hecho es que en Río+20 se librará otra
cruzada por la vida y quedará una vez más demostrado que la alternativa
es no claudicar jamás.
La Radio del Sur
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