sábado, 4 de febrero de 2012

Hugo Chávez y el 4 de febrero.- La valentía de asumir una responsabilidad histórica

* “Ante el país asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano”

Por: Argelio Pérez Fabra

Caracas (especial VEA).- Mucho se ha escrito sobre los sucesos del 4 de febrero de 1992. Sobre sus causas y las consecuencias que se derivaron de esta rebelión de un grupo de jóvenes soldados, quienes hartos de ver cómo se pisoteaban los derechos del pueblo venezolano, dieron un parao a la ola de entregas de las riquezas del país por parte de un gobierno genuflexo a los intereses del gran capital transnacional.


Pero, de pronto se ha dicho poco sobre la actitud valiente, hidalga y decidida del joven teniente coronel Hugo Chávez, quien asumió con grandeza la responsabilidad de haber encabezado esta rebelión, incluso poniendo en juego su vida, rebelión que sirvió para terminar de despertar al pueblo venezolano del largo letargo en que lo habían mantenido los gobiernos de la cuarta república, apoyados por el opio emanado de los grandes medios de comunicación social.

Un testimonio de valentía ante el país y el mundo “Primero que nada quiero dar buenos días a todo el pueblo de Venezuela, y este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada Blindada de Valencia. Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que oigan mi palabra. Oigan al comandante Chávez, quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional es imposible que los logremos. Compañeros: Oigan este mensaje solidario. Les agradezco
su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano. Muchas gracias”.

Un corto discurso que sirvió de bitácora para continuar un proceso que culminó con la conquista del poder por parte del pueblo seis años más tarde; y que hoy se mantiene como paradigma ante América Latina y el mundo, que ven con mucho interés cómo desde la patria de Bolívar se está construyendo y fortaleciendo la solidaridad con todos los pueblos del orbe.

Asumir la responsabilidad de un fracaso nunca ha sido muy disputada por los hombres a través de la historia. Siempre se busca un culpable o un chivo expiatorio. Generalmente se le echa la culpa a un subalterno o a causas externas: a la Divina Providencia, al diablo, al mal tiempo. Rara vez aparecen los culpables de un determinado fracaso o de una acción comprometedora. Con esta actitud Chávez demostró que es un hombre valiente y responsable por sus actos, con una gran concepción revolucionaria, porque los verdaderos revolucionarios son los que asumen las consecuencias de sus actos. Chávez es dueño del temple que caracteriza a los grandes pro hombres.



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