Rodrigo Urrego Bautista.- Agencia Prensa Rural
Con una alegre movilización de unas 4000 personas en Cartagena y un acto central al pie del Castillo de San Felipe, culmina satisfactoriamente la Cumbre de los Pueblos.Luego de la asamblea de los pueblos en la que se expusieron las conclusiones de cada uno de los debates durante la Cumbre, los participantes salieron a las calles a manifestar su rechazo a la presencia de Obama en el país y contra la Cumbre de las América que ratifica el poder imperialista de Estados Unidos.
Con una alegre movilización de unas 4000 personas en Cartagena y un acto central al pie del Castillo de San Felipe, culmina satisfactoriamente la Cumbre de los Pueblos.Luego de la asamblea de los pueblos en la que se expusieron las conclusiones de cada uno de los debates durante la Cumbre, los participantes salieron a las calles a manifestar su rechazo a la presencia de Obama en el país y contra la Cumbre de las América que ratifica el poder imperialista de Estados Unidos.
La manifestación recorrió escasas cuatro cuadras hasta llegar al pie del Castillo de San Felipe ya que fue el único rrecorrido autorizado, a pesar de que gran parte del centro histórico ha sido vedado para la gente del común y no para múltiples eventos políticos y musicales de carácter privado de la Cumbre de las América.
La marcha transcurrió de manera pacífica a pesar del hostigamiento constante que hizo la policía a lo largo del recorrido y de la Cumbre y del alto número de agentes de civil que infiltraron la protesta.
Luego de concluida la marcha, hubo una serie de intervenciones en tarima por parte de varias organizaciones participantes de la Cumbre ratificando el compromiso de construir un nuevo país oponiéndose al actual modelo neoliberal que tanta miseria ha causado en Colombia y gran parte del planeta.
A los pies del Castillo de San Felipe, el mismo lugar donde en la noche del viernes todos los poderosos miraban a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, como una deidad, la llamada Cumbre de los Pueblos -o la ’anticumbre’ de las Américas- salió de su anonimato.
Las voces se alcanzaban a oír hasta el barrio Getsemaní, contiguo al Centro de Convenciones, donde a esa hora 30 jefes de Estado del hemisferio discutían los problemas del pueblo latinoamericano.
Pero los escuadrones antimotines habían cercado el lugar de forma estratégica, quizás con el objetivo de que lo que allí sucediera no pasará más allá de sus límites.
Los manifestantes de la ’anticumbre’ no sacaron banderas de Estados Unidos para quemarlas. Nada de eso. Decidieron apostar por los mismos colores de la bandera gringa, pero con una sola estrella y con menos líneas horizontales, que reunidos conforman la bandera de Cuba.
Las estrellas eran las de la bandera venezolana, y el amarillo, azul y rojo allí eran más que el tricolor colombiano. Era el símbolo de Ecuador, otro pueblo "oficialmente" ausente.
La Cumbre de los Pueblos alzó su voz. Se autoproclamó como la verdadera cumbre y el auténtico representante del pueblo latinoamericano. Se opuso al bloqueo de Cuba; exigió el cierre de la cárcel de la base de Guantánamo; se opuso a los TLC. Pero en su manifestación política decidió declarar a Barack Obama como "persona no grata en Cartagena".
Latinos todos, estudiantes, trabajadores, mujeres, y hasta dirigentes políticos del partido opositor a Santos, hicieron de las laderas del Castillo de San Felipe -donde en la víspera esa "Cumbre de las Américas" (según Fidel Castro) había lucido en todo su esplendor- el escenario de la "otra Cumbre" que paralizó a las calles de Cartagena de Indias.
La próxima cita del movimiento social colombiano será en Bogotá los días 21, 22 y 23 de abril en dónde se hará el lanzamineto del Consejo Patriótico Nacional y el Movimiento Marcha Patriótica con la presencia de por lo menos cien mil personas en el que se demostrará que otro país sí es posible.
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