Por : Luis Carlos Domínguez Prada
Mancuso tiene miedoEn la audiencia de juicio del ex director del DAS Jorge Enrique Noguera celebrada en la Corte Suprema de Justicia, testimonió el ex cabecilla paramilitar Salvatore Mancuso desde la prisión de Nueva York donde paga condena por narcotráfico. Y aunque después de todo lo sabido ya nada es escalofriante, esa declaración en directo dejó en claro –una vez más-, que Mancuso era un general más de la República. Que su interlocución era con el generalato todo. Que él dormía en las brigadas del ejército de donde entraba y salía y como un oficial superior más, y que toda la historia del paramilitarismo y todas sus ejecutorias fueron obra mancomunada con la Policía, el Ejército y el DAS.
A la pregunta de un magistrado de la Sala Penal de la Corte sobre si tenía miedo y a quién, Mancuso, se mostró tan débil y asustado como una de sus miles de víctimas antes de pasar por la motosierra: “Sí señor Magistrado. Tengo miedo. Del gobierno, del Ejército, de la Policía, del DAS”. Además, terrible paradoja, reclamó protección para su familia porque teme que desde estos sectores se tome venganza contra ella por las confesiones que está haciendo, o como una forma de frenarlas.
El tenebroso José Miguel Narváez y la orden e atentar contra C. Lozano
En este horrendo capítulo de la guerra sucia del Estado colombiano durante los últimos treinta años, un nombre sacó a relucir Mancuso con toda la fuerza: el de José Miguel Narváez ex sub director del DAS, hoy preso por concierto para delinquir agravado. Este profesor de la Escuela Superior de Guerra (!!!) y asesor del Ministerio de Defensa (!!!), era la ficha de los mandos militares -con quienes tenía la más cercana relación-, para la supervisión del proyecto paramilitar como una política de Estado que era, cosa que no se cansa de repetir Mancuso. Y su misión era la formación ideológica “de nuestros oficiales y de las tropas”, la cual realizaba mediante conferencias permanentes en los campamentos paramilitares, donde este oficial retirado del ejército exponía sobre la legitimidad del proyecto, incluido “dar de baja” a todos los que consideraba aliados de la subversión infiltrados en las organizaciones sociales.
Del sórdido José Miguel Narváez salió entonces la orden de “actuar militarmente” contra el director de VOZ Carlos Lozano, y contra la senadora Piedad Córdoba. Y para que no queden dudas de la veracidad de lo dicho por Mancuso, efectivamente la senadora fue objeto de un secuestro mientras estaba en una clínica en Medellín, y Carlos Lozano, además de los múltiples seguimientos de que ha sido objeto, su equipo de seguridad frustró un atentado de imprevisibles consecuencias cuando detectó un vehículo con un explosivo de altísimo poder en las inmediaciones del periódico.
El Doctor ternura
No sale tampoco bien librado el ex alto comisionado de Paz del gobierno de Uribe y ex presidente del Partido de la U. Luis Carlos Restrepo. Según Mancuso, de este es la luminosa teoría de que los paramilitares eran un Estado dentro del Estado de Derecho (!!!). Pero además, una sentida preocupación tanto de Restrepo como de los mandos militares durante el proceso de desmovilización, era la de que no la hicieran tan rápido ni de un solo golpe sino escalonadamente, porque “cómo nos van a dejar desamparadas las zonas que Uds. ocupan y que liberaron de la guerrilla” (!!!)
Esto último se demuestra con creces con la insólita iniciativa gubernamental y de su bancada legislativa, de habilitar una ley que amplíe los beneficios de la 975 –Justicia y Paz-, a los paramilitares que hasta hoy han seguido delinquiendo.
El tenebroso José Miguel Narváez y la orden e atentar contra C. Lozano
En este horrendo capítulo de la guerra sucia del Estado colombiano durante los últimos treinta años, un nombre sacó a relucir Mancuso con toda la fuerza: el de José Miguel Narváez ex sub director del DAS, hoy preso por concierto para delinquir agravado. Este profesor de la Escuela Superior de Guerra (!!!) y asesor del Ministerio de Defensa (!!!), era la ficha de los mandos militares -con quienes tenía la más cercana relación-, para la supervisión del proyecto paramilitar como una política de Estado que era, cosa que no se cansa de repetir Mancuso. Y su misión era la formación ideológica “de nuestros oficiales y de las tropas”, la cual realizaba mediante conferencias permanentes en los campamentos paramilitares, donde este oficial retirado del ejército exponía sobre la legitimidad del proyecto, incluido “dar de baja” a todos los que consideraba aliados de la subversión infiltrados en las organizaciones sociales.
Del sórdido José Miguel Narváez salió entonces la orden de “actuar militarmente” contra el director de VOZ Carlos Lozano, y contra la senadora Piedad Córdoba. Y para que no queden dudas de la veracidad de lo dicho por Mancuso, efectivamente la senadora fue objeto de un secuestro mientras estaba en una clínica en Medellín, y Carlos Lozano, además de los múltiples seguimientos de que ha sido objeto, su equipo de seguridad frustró un atentado de imprevisibles consecuencias cuando detectó un vehículo con un explosivo de altísimo poder en las inmediaciones del periódico.
El Doctor ternura
No sale tampoco bien librado el ex alto comisionado de Paz del gobierno de Uribe y ex presidente del Partido de la U. Luis Carlos Restrepo. Según Mancuso, de este es la luminosa teoría de que los paramilitares eran un Estado dentro del Estado de Derecho (!!!). Pero además, una sentida preocupación tanto de Restrepo como de los mandos militares durante el proceso de desmovilización, era la de que no la hicieran tan rápido ni de un solo golpe sino escalonadamente, porque “cómo nos van a dejar desamparadas las zonas que Uds. ocupan y que liberaron de la guerrilla” (!!!)
Esto último se demuestra con creces con la insólita iniciativa gubernamental y de su bancada legislativa, de habilitar una ley que amplíe los beneficios de la 975 –Justicia y Paz-, a los paramilitares que hasta hoy han seguido delinquiendo.
Contravía: ¡Habla el DAS! - La policía secreta de Uribe
Asesinado en Colombia el sindicalista y dirigente político Henry Ramírez Daza, refugiado en Asturias en año 2003
Fue asesinado a tiros, en presencia de su hijo menor de edad, el pasado 11 de abril en la ciudad de Ibagué.
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación al Desarrollu, Rafael Palacios, acaba de tener conocimiento del asesinato de varios disparos en la cabeza, el pasado 11 de abril en la ciudad de Ibagué y en presencia de su hijo menor de edad, del sindicalista y dirigente político HENRY RAMIREZ DAZA.
Durante su etapa como presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas Alcohólicas (SINTRABECOLICAS-CUT), Henry Ramírez Daza fue amenazado de muerte y acogido en el año 2003 dentro del Programa Asturiano de Atención a Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos en Colombia. Residió medio año en Perlora y posteriormente en el barrio Pumarín de Xixón, donde compartió el exilio con otros tres sindicalistas amenazados de muerte.
En el momento del crimen, Henry Ramírez Daza era concejal del Partido Liberal del municipio de Ambalema, Departamento del Tolima, donde venía denunciando la corrupción de la administración municipal local, sobre la que pesan acusaciones de vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo. El esquema de seguridad que tenía cuando fue sindicalista le fue retirado por el Ministerio del Interior de Colombia quedando indefenso a merced del crimen organizado.
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación, Rafael Palacios, condena el atroz asesinato del ex sindicalista y dirigente político, Henry Ramírez Daza, expresa a su esposa, hijos, familiares y amigos sus más profundas condolencias y realizará todas las acciones posibles para que este crimen no quede en la impunidad.
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación al Desarrollu, Rafael Palacios, hace un llamamiento al pueblo asturiano y a sus sindicatos para que en las movilizaciones de este primero de mayo condenen el genocidio contra los sindicalistas colombianos y expresen la oposición a la firma del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Colombia hasta que se respeten la vida y los derechos fundamentales de las trabajadoras y trabajadores colombianos. En los últimos 20 años, casi 3.000 sindicalistas han sido asesinados en Colombia, de ellos, casi 600 durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
La próxima semana se convocará una concentración en Asturies de condena por asesinato de Henry Ramírez Daza, de la que se informará próximamente.
NOTA DE PRENSA
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación al Desarrollu, Rafael Palacios, acaba de tener conocimiento del asesinato de varios disparos en la cabeza, el pasado 11 de abril en la ciudad de Ibagué y en presencia de su hijo menor de edad, del sindicalista y dirigente político HENRY RAMIREZ DAZA.
Durante su etapa como presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas Alcohólicas (SINTRABECOLICAS-CUT), Henry Ramírez Daza fue amenazado de muerte y acogido en el año 2003 dentro del Programa Asturiano de Atención a Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos en Colombia. Residió medio año en Perlora y posteriormente en el barrio Pumarín de Xixón, donde compartió el exilio con otros tres sindicalistas amenazados de muerte.
En el momento del crimen, Henry Ramírez Daza era concejal del Partido Liberal del municipio de Ambalema, Departamento del Tolima, donde venía denunciando la corrupción de la administración municipal local, sobre la que pesan acusaciones de vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo. El esquema de seguridad que tenía cuando fue sindicalista le fue retirado por el Ministerio del Interior de Colombia quedando indefenso a merced del crimen organizado.
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación, Rafael Palacios, condena el atroz asesinato del ex sindicalista y dirigente político, Henry Ramírez Daza, expresa a su esposa, hijos, familiares y amigos sus más profundas condolencias y realizará todas las acciones posibles para que este crimen no quede en la impunidad.
El Director de la Axencia Asturiana de Cooperación al Desarrollu, Rafael Palacios, hace un llamamiento al pueblo asturiano y a sus sindicatos para que en las movilizaciones de este primero de mayo condenen el genocidio contra los sindicalistas colombianos y expresen la oposición a la firma del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Colombia hasta que se respeten la vida y los derechos fundamentales de las trabajadoras y trabajadores colombianos. En los últimos 20 años, casi 3.000 sindicalistas han sido asesinados en Colombia, de ellos, casi 600 durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
La próxima semana se convocará una concentración en Asturies de condena por asesinato de Henry Ramírez Daza, de la que se informará próximamente.
NOTA DE PRENSA
es un pesar que maten a los señores sindicalistas pero que objeto tiene que no aprueben el libre comercio con europa es que con eso van a solucionar los crimenes, al contrario para que haya mas atraso y no tengamos comercio estar en manos de esos crimales del narcotrafico que todo lo mueven con dinero,colombia no puede encerrarse dependemos del comercio exterior.
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