Por Juan Pablo Calvas
¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza
cuando ve los noticieros de televisión? ¿Se indigna de ver tantos hechos
sangrientos en esos espacios? Bueno, pues yo también. De hecho, le confieso
algo: hace mucho tiempo no veía los noticieros de RCN y Caracol TV, pero gracias
a estas seudovacaciones de fin de año tuve el placer (en realidad disgusto) de
ver unas cuantas emisiones.
¡Qué desgracia! Cada día la cosa es peor. Las
noticias de los canales privados de televisión parecen tabloides amarillistas en
video. Ya no hay noticias, simplemente reseñas de hechos que no sirven para
nada. Casos, casos y más casos sacados de la agenda de una estación de Policía o
de la sala de autopsias de Medicina Legal.
Un día cualquiera, los primeros 20 minutos del
noticiero se van en contarnos que una joven fue asesinada por robarle un
computador, que una mujer fue herida por su esposo en una disputa conyugal, que
un niño se quemó con una olla de agua hirviendo, que un grupo de traficantes de
droga fue detenido en alguna ciudad intermedia, etcétera.
Los fines de semana la cosa es peor. Los
noticieros de televisión parecen hechos en la oficina de prensa de la Policía
Nacional. El 80% de lo que sale son noticias protagonizadas por ‘los
uniformados’, hablando de operativos exitosos, capturas y contando casos
escabrosos.
En resumen, las noticias nos cuentan historias
que afectan a una sola persona, si acaso a una familia. Y, sí, son relatos que
nos indignan y nos duelen. Pero seamos francos, ¿en qué nos afectan esos hechos?
¿De qué manera contarle a un público nacional que un niño se quemó con una olla
está ayudando a tener una sociedad que conoce mejor su entorno? ¿Permite esto
que desde los medios tengamos unos ciudadanos críticos ante la realidad?
Lo peor es que esta ‘epidemia’ del amarillismo ya
saltó de la televisión a la radio (¿o fue al revés?) y entonces vemos que las
noticias que más gustan a los directores informativos de las grandes cadenas son
del mismo talante. Pura noticia judicial.
¿Será que los colombianos somos una especie rara
de vampiros que se alimenta de la sangre que escurren nuestros medios de
comunicación?
Sé que a nivel de las dos grandes emisoras
informativas nacionales la línea editorial para mostrar al país desde las
regiones es “cuenten historias tristes, dramáticas, casos de dolor, que causen
indignación”. Buenísimo, ¿no? Desde esa perspectiva todo lo que pasa en Colombia
es lo que se queda en el filtro de mostrar las miserias humanas.
Sabiendo esto no sé cómo los directores de esos
medios pueden salir a burlarse de periódicos como El Espacio, Q’hubo
o Al Día. Lo que hacen es exactamente lo mismo. Ponen en una página la historia
de sangre y en la siguiente a la supermodelo cuasi desnuda.
Afortunadamente, es inminente el relevo
en la dirección de los noticieros de Caracol y RCN TV. Ojalá sea esta la
oportunidad de buscar directores de noticias que piensen en espacios
informativos que permitan construir una sociedad democrática y autocrítica. Es
hora de pedir medios responsables y no tabloides televisados.
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