Angela Merkel |
Por: Rolf Ehlers
Si queremos juzgar lo que podemos esperar de una persona, preguntémonos inmediatamente después a quién tiene a su vera. Podemos hacernos una imagen aproximada sabiendo en qué entorno ha vivido en el pasado, quiénes eran sus amigos y a quien frecuentaba, cuáles eran sus convicciones pasadas, cuáles son sus convicciones presentes. No nos referimos a investigar que tenga los ojos azules o no... Los votantes alemanes nos movemos desde hace años entre tinieblas cuando nos preguntamos de qué entorno procede nuestra canciller. Ninguno de los principales rotativos ha informado de ello más que superficialmente, hasta que el Schweizmagazine titutló el 29 de mayo de 2008: “¿Fue la canciller Merkel informante de la Stasi?”
Si queremos juzgar lo que podemos esperar de una persona, preguntémonos inmediatamente después a quién tiene a su vera. Podemos hacernos una imagen aproximada sabiendo en qué entorno ha vivido en el pasado, quiénes eran sus amigos y a quien frecuentaba, cuáles eran sus convicciones pasadas, cuáles son sus convicciones presentes. No nos referimos a investigar que tenga los ojos azules o no... Los votantes alemanes nos movemos desde hace años entre tinieblas cuando nos preguntamos de qué entorno procede nuestra canciller. Ninguno de los principales rotativos ha informado de ello más que superficialmente, hasta que el Schweizmagazine titutló el 29 de mayo de 2008: “¿Fue la canciller Merkel informante de la Stasi?”
Oskar Lafontaine denunció en el talk-show de Anne Will cómo se había expuesto a virulentos ataques por su trabajo conjunto con Gregor Gysi, a quien entonces se señalaba como supuesto informante de la Stasi [1], cuando todo indicaba que la propia canciller Merkel había sido una activista del sistema de la desaparecida República Democrática Alemana.
La información que se encontraba enterrada en los archivos y que tras la caída del Muro no fue destruida por los servicios de seguridad antes en la operación conocida como 'Vernichtungsaktion' [2] es conocida desde hace años. Su publicación, sin embargo, no se considera oportuna. Por lo que parece, personalidades influyentes de las redacciones y las editoriales, o quienes detentan poder por encima de ellos, quieren proteger a la señora Merkel de todo ataque posible. ¿Acaso saben estas mismas personas a quién le tienden la mano?
La vinculación con el régimen de la RDA de Angela Dorothea Kasner, que tras su primer matrimonio adoptó el apellido de Merkel y lo mantuvo en segundas nupcias, es tan estrecha como que parte de su entorno familiar y de sus amigos personales y políticos, los cuales, casi sin excepción, estaban conectados con la Stasi. Así, tienen un rol destacado su padre Horst Kasner; su compañero durante muchos años, Michael Schindhelm; Clemence de Maizière así como sus hijos, Lothar de Maizière y Thomas de Maizière; Wolfgang Schnur; Manfred Stolpe; Klaus Gysi y Günther Krause. Con la sola excepción de Thomas de Maizière, todos ellos eran informantes de la Stasi de pura cepa, si no abiertamente, con una relación más que sospechosa...
El papá: Horst Kasner, un comecapitalistas en la política eclesiástica
El padre de Merkel, Horst Kasner, no fue un humilde párroco, sino un hombre importante en la política eclesiástica de la RDA, en la cual, junto con el influyente Clemence de Maizière, como un informante registrado de la Stasi, para la que promovió los planes de la RDA en la iglesia protestante, sobre todo la escisión de la iglesia evangélica en la RDA respecto de la iglesia evangélica para toda Alemania. Era miembro de la Conferencia Cristiana por la Paz (CFK, por sus siglas alemanas) financiada por Moscú y del círculo de Weißensee (Weißenseer Arbeitskreis), financiado por la Stasi. Tenía todas las libertades de las que sólo los bonzos del régimen disfrutaban: dos automóviles y el derecho a viajar al Oeste. En misión estatal viajó con el “Frente nacional” a Italia, donde declaró públicamente que sólo el Partido Comunista Italiano podía salvar el país. El biógrafo de Angela Merkel (que la canciller escogió personalmente), el politólogo de la CDU Gerd Langguth, de quien se dice que es un analista serio, informó que, para el dominante párroco Horst Kasner, su hija Angela había sido una persona “clave”. Langguth describe al togado, que en 1954, en el punto álgido de la Guerra fría, cruzó la frontera de Alemania occidental en dirección a la oriental y más tarde dirigió en Templin (Brandenburgo) un importante seminario para la formación de vicarios como simpatizante del SED (Partido Socialista Unificado, por sus siglas en alemán). Sus opiniones políticas le valieron allí el sobrenombre de “Kasner el rojo”. Sólo a fines de la transición hacia la Reunificación comenzó Angela Merkel –como Langguth, dicho sea de paso– a emanciparse de su padre, a quien describió como “entrampado en el sistema de la RDA”.
Sobre la estudiante Angela Kasner informó el “IM Bachmann” [3], quien se ocupaba entonces de espiar, entre otros, a remoquete a[l filósofo marxista disidente Robert] Havemann, que cabía hacer mención especial a su “actitud positiva en relación al marxismo-leninismo”. En el Instituto Hermann Matern, organizó como cuadro dirigente de la FDJ (Freie Deutsche Jugend, las juventudes comunistas de la RDA, por sus siglas en alemán) el acto de clausura para su promoción. Desde el podio del aula llamó a contribuir económicamente para la compra de armas para los rebeldes del Frelimo de Mozambique [4] y otros grupos comunistas que actuaban en África del sur. (Véase: geisteswelt.blogsome.com). Como dominaba de manera excepcional el ruso, fue encargada de viajar a Moscú para representar a Alemania en las “Olimpiadas rusas”, una competición escolar internacional.
El amante y el colega de trabajo
En un intercambio académico en Moscú conoció al estudiante de física Ulrich Merkel, también enviado por el régimen. Su propio padre los desposó en el año 1977. Cuatro años después, Angela Merkel no estaba feliz con el matrimonio. Tras su examen, trabajó en el Instituto central de físico-química, una sección de la Academia de las Ciencias de la RDA sita en Berlín-Adlershof. Por esta época realizaron una estancia de investigación en Praga y se les permitió unas largas vacaciones privadas en las que recorrieron la Unión Soviética. [5]
En esta época ascendió en el seno de la FDJ a presidenta del Freundschaftsrat de la FDJ [6] y, como miembro de la dirección de la FDJ, a secretaria de la FDJ y, con ello, a presidenta de esta organización juvenil comunista en la Academia de las Ciencias de la RDA. Su despacho lo compartía con un hijo de los Havemann, cuya familia, tras la separación y el divorcio de sus padres, estaba profundamente dividida. De su trabajo por esta época declaró más tarde que había organizado la compra de entradas de teatro. Su función fue en realidad, y por decirlo con todas sus letras, la de Secretaria de agitación y propaganda. (Véase politik.de/forum/)
Durante el trabajo de su tesis doctoral conoció en el despacho vecino en el Instituto a su nuevo amante, Michael Schindhelm. Él y Merkel estuvieron entre 1984 y 1986 trabajando en la Academia de las Ciencias de la RDA en el centro de élite en Berlín-Adlershof. Schindelm entregó durante su estudio en 1978 en Vorónezh, en la Unión Soviética, su declaración obligada como informante de la Stasi. También Angela Merkel había entregado en 1978 la misma declaración para con el Ministerio de seguridad del estado de la RDA como requisito previo para su trabajo en el mencionado instituto de élite de la RDA. Creía que, de lo contrario, podría haber sido rechazada.
Cómo subirse al carro político: informante de la Stasi y sospechosa de la Stasi a un mismo tiempo
Con la excepción de Helmut Kohl, a quien visiblemente no le importaba demasiado de donde venía alguien, y del inefable Günther Krause, comenzó con la caída del Muro el imparable ascenso de Merkel con el apoyo incondicional de personas que habían trabajado con la Stasi o sospechosas de haberlo hecho. Entre ellos Wolfgang Schnur, que había sido desenmascarado como informante de la Stasi y fue presidente de la llamada Ruptura democrática (DA, por sus siglas en alemán); Lothar Maizière, que se encontraba bajo sospecha de ser el informante con el nombre clave Czerny; y Manfred Stolpe, supuesto informante con nombre clave “Secretario”, que estaba en estrecho contacto con el padre de Gregor Gysi, Klaus Gysi, antiguo Ministro de cultura y secretario de estado para asuntos eclesiásticos de la RDA. De todas las personas, fue justamente Klaus Schnur quien la hizo portavoz de la presidencia de la DA. Schnur y Lothar de Maizière –colega de Horst Kasner–, Clemence de Maizière y Günther Krause convencieron a Helmut Köhl para que diera protagonismo a Angela Merkel. Lo que vino después es de sobras conocido. Es interesante que Merkel, con Thomas de Maizière, el tío de Clemence de Maizière y primo de Lothar de Maizière, ocupase el cargo de Ministro de la cancillería en el gobierno. ¡Dar y recibir prebendas está por encima de las generaciones!
De cómo Merkel espió al filósofo marxista disidente Robert Havemann
Desde 1976 la Stasi vigilaba la casa del que fuera el más importante de los disidentes internos de la RDA, Robert Havemann, con el apoyo masivo de cientos de activistas de la FDJ. Un día de 1980 también se encontraba allí visiblemente la hoy canciller, entonces casada ya con Merkel y cuadro dirigente de la FDJ. Puede vérsela en una fotografía de época a poca distancia de la casa de Havemann. Esta casa se encuentra en un barrio de Berlín con el que Merkel nunca tuvo nada que ver. A través de su cercanía con el hijo de Havemann, quien, tras el divorcio de sus padres, no vivía en la casa familiar, tuvo conocimiento de Havemann y se desplazó hasta allí sin motivo aparente. Esta ausencia de motivos, sin embargo, sí que sirve para levantar la sospecha de que Angela Merkel no se enfrenta a su pasado. Es más, los funcionarios de [Marianne] Birthler [7] publicaron la fotografía, en la que puede reconocerse a todos los participantes (véase: schweizmagazin.ch/news/ del 29 de mayo de 2008; spiegel.de/spiegel/ y de.indymedia.org/). Es interesante que Gregor Gysi, que, como abogado, defendió a Havemann contra las autoridades de la RDA –y, evidentemente, también contra la Stasi–, sea acusado por la CDU de Merkel y Birthler y sus esbirros como informante, valiéndose de sus conversaciones con la Stasi que no perseguían sino lo mejor para los intereses de su cliente. Y a fe –hay que decirlo— que tuvo éxito en su empeño de suavizar la condena.
El resumen
Tenemos a una canciller, cuyo entorno personal y hasta su fulgurante ascenso a la cancillería, se componía de y fue promovida por hombres que estaban fuertemente asidos al sistema de la RDA, los más importantes de ellos al servicio de la Stasi. Poco antes de la caída del Muro ella misma se convirtió en una opositora de la dictadura de la RDA. Hasta entonces había sido una firme y servil partidaria del sistema, en el cual quería seguir ascendiendo. ¿Y esta mujer se permite juzgar sobre naturalezas débiles como la de Filbinger [8], quien se dejó nombrar por el régimen nazi pero conspiró secretamente desde su interior? Mucho puede decirse de Filbinger, pero en ningún caso que fuese de naturaleza débil. Lo que la canciller siempre cita como su credo, subrayado con palabras altisonantes, son palabras hueras que, tanto da, se lleva el viento. ¿Desearían ustedes para sus hijos una mujer de la que saben que en su vida ha actuado en contra de lo que ha aprendido y hecho, que iba en contra de lo que ahora hace? No se trata de que alguien pueda cambiar sus opiniones, si no de si los caminos por los que transitó habrá de volverlos a transitar. De la señora Merkel se dice en muchas ocasiones que la RDA todavía no ha muerto para ella. El mejor ejemplo es su discurso en las últimas elecciones federales, en el que dijo que la vigilancia mediante circuitos cerrados de televisión de las plazas públicas estaba fuera de discusión. Así, dijo, todo “sería más fácil”. Como la Stasi, que tampoco preguntaba antes de actuar. Si tenemos una canciller que trabaja con la mentalidad no transformada de alguien que apoyaba a la Stasi, entonces no podemos sorprendernos de que la vigilancia estatal no se parezca sino a la que había en la RDA. [9]
NOTAS T.: [1] Abreviación de Staatssicherheitspolizei, la policía para la seguridad del estado, encargada del espionaje en la extinta República Democrática Alemana. [2] En los días del desplome de la RDA, la Stasi decidió destruir sus archivos. Como los servicios secretos no disponían de las suficientes trituradoras de papel, muchos de estos documentos fueron quemados o rotos en pedazos manualmente por agentes. Con todo, algunos documentos lograron salvarse de este operativo y los que fueron rotos en pedazos están siendo actualmente reconstruidos digitalmente por una agencia federal. [3] Sigas de Inofizielle Mitarbeiter, literalmente “colaborador no-oficial”, término dado a los informantes de la Stasi. [4] Frente de Liberación de Mozambique, de orientación comunista y promoscovita. [5] Las vacaciones, como la posesión de un automóvil (más todavía de dos) era, recuérdese, un privilegio reservado frecuentemente a personas próximas al régimen. [6] El Freundschaftsrat era un consejo formado por los miembros más destacados, a tenor del SED, de la organización. [7] Político de Los Verdes. Desde el año 2000 y hasta el 2011 fue encargada del Bundesbeauftragten für die Unterlagen des Staatssicherheitsdienstes der ehemaligen Deutschen Demokratischen Republik (BstU). [8] Hans Filbinger (1913-2007). Político de la CDU. En 1978 Rolf Hochhuth descubrió y denunció públicamente que Filbinger había militado en el Partido nacionalsocialista y participado en cuatro juicios militares entre 1943 y 1945 en los que se falló pena de muerte para los acusados. Filbinger se vio obligado a dimitir. [9] Bajo el nombre de 'Stasi 2.0' se desarrolla en Alemania una campaña de protesta contra las medidas propuestas por el ex Ministro de interior, el conservador Wolfgang Schäuble, que incluían, entre otras, la vigilancia especial de las comunicaciones por Internet, la instalación de cámaras de videovigilancia en las calles y la observación de los políticos que rechazasen la Ley fundamental de la RFA o algunas de sus cláusulas (Verfassungsfeind) –incluyendo en un mismo saco a la extrema derecha, los autónomos de Berlín y Hamburgo y hasta varios representantes de La Izquierda alemana–, métodos que recuerdan a los realizados por la Stasi, pero con las nuevas tecnologías de la comunicación y la información –de ahí el nombre–.
Rolf Ehlers es un periodista alemán que colabora regularmente con reportajes de investigación en distintos medios berlineses.
Traducción para www.sinpermiso.info: Àngel Ferrero
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