Agencia de Prensa IPC
Con la muerte de Alejandro Padilla ya son 10 los reclamantes de tierras asesinados en esta zona en los últimos tres años, todos hacían parte de la Asociación Nacional Tierra y Vida. Quedan por esclarecerse las causas del asesinato.
En la mañana de este jueves 17 de noviembre fue hallado en un paraje rural, cercano al puente ‘Mulaticos-La Fé’ de la vereda Mulatos en el municipio de Necoclí, el cuerpo sin vida de Alejandro Padilla, reclamante de tierras en esta zona del Urabá antioqueño.
Según versiones de allegados al fallecido, Padilla –que era mototaxista– recibió en la noche de ayer una llamada para que fuera a recoger un servicio y solo se supo de él nuevamente cuando lo encontraron muerto.
Un reclamante de tierras, que no quiso ser identificado por seguridad, afirmó que no había amenazas en su contra y que el asesinato se debía, presuntamente, a su cercanía con líderes del proceso de restitución de tierras en Urabá.
Alejandro Padilla, o ‘El negro’ como lo conocían en la Asociación Tierra y Vida, comenzó el proceso de reclamación en 2007. Su finca fue arrebata en 1995 por la ‘Casa Castaño’ y está ubicada en la vereda Nueva Esperanza del corregimiento Meyo-Villavicencio de Necoclí.
Al ser consultado por esta situación el Coronel Jaime Ávila, Comandante de la Policía Urabá, afirmó que no contaba con ningún reporte o información al respecto.
“Esto enrarece el ambiente y dificulta las garantías para que la gente siga reclamando. El Gobierno ya lleva año y medio sin que se pueda implementar el programa de restitución a toda cabalidad. Esto les dio tiempo a las bandas, testaferros y élites regionales para organizarse y oponerse a la restitución por la vía de desprestigiar a las víctimas, haciendo campaña contra ellas, o asesinándolas”, concluyó Gerardo Vega de la Fundación Forjando Futuros.
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