Gloria Inés Ramírez Ríos.- Senadora de la República por el PDA |
Gloria Inés Ramírez Ríos.- Senadora de la República por el PDA
El pasado 26 de febrero, el Secretariado de las FARC hizo público un comunicado en el que afirma que además de los 6 cautivos cuya liberación había sido anunciada desde finales del año anterior, serán liberados otros 4, para un total de 10 integrantes de la fuerza pública. Además, comunican que “A partir de la fecha proscribimos la práctica” de los secuestros extorsivos de civiles, al tiempo que consideran que “no caben más largas a las posibilidades de entablar conversaciones” para ponerle fin al conflicto y que “Es hora de que el régimen piense seriamente en una salida distinta, que empiece al menos por un acuerdo de regularización de la confrontación y de liberación de prisioneros políticos”.
Un anuncio como este es la primera vez que se produce en la larga historia de más de 48 años de confrontación armada, lo que le otorga un significado muy importante para las posibilidades de paz en nuestro país y, por lo mismo, debería ser recibido de manera positiva por todos los colombianos.
Sin embargo, los sectores más retardatarios y guerreristas se han apresurado a expresar su escepticismo, cuando no su descalificación del comunicado de las FARC, y el Ex presidente Uribe ha dicho que se trata de un anuncio “engañoso”. Estos hechos demuestran, una vez más, que en Colombia hay fuerzas que se oponen a cualquier posibilidad de alcanzar la paz porque han hecho de la guerra una empresa de la que derivan grandes dividendos económicos y políticos. Son los que se apoderaron de las tierras y otros bienes de millones de compatriotas y los que utilizando medios como la “parapolítica” ganaron elecciones y construyeron un poder no sólo ilegítimo, sino criminal.
El Presidente Santos, por su parte, ha dicho que “valoramos el anuncio de las FARC de renunciar al secuestro como un paso importante y necesario, pero no suficiente, en la dirección correcta”. Desde el mismo momento de su posesión ha venido repitiendo que tiene la llave de la paz, pero pone tal cantidad de condicionamientos y trabas que hacen prácticamente imposible que se abra la puerta del diálogo. A la posibilidad de buscar un acuerdo humanitario ha respondido con un rotundo no; a la propuesta de Colombianas y Colombianos por la Paz de un cese bilateral de fuegos, también respondió que no, y ante el anuncio de liberaciones por parte de las FARC se opuso inicialmente a la colaboración del gobierno de Brasil, y el nuevo gesto de paz de las FARC le parece insuficiente. Lo que hay en el fondo es la aspiración de lograr el exterminio militar de la guerrilla o forzarla a su rendición, y ya se sabe que por este camino sólo se conseguirá la prolongación indefinida del conflicto.
Los sectores democráticos y progresistas del país nos congratulamos de que las FARC hayan atendido nuestro clamor de ponerle fin a la práctica de los secuestros y esperamos que este importante gesto sea seguido de otras iniciativas que contribuyan a abrirle paso a la salida negociada del conflicto.
Llamamos al movimiento popular y a todos los colombianos a trabajar por la construcción de un gran movimiento de paz que tenga la capacidad de lograr con la movilización y la lucha que el diálogo y la negociación se impongan sobre la guerra infinita que pretenden imponernos los sectores más retardatarios del país.
Bogotá, D.C., 28 de febrero de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario