“La Armada estadounidense es derrotable en las aguas del Estrecho de
Ormuz, esta es la realidad que trata de ocultar Obama con sus amenazas a
Irán y su agresiva diplomacia de micrófonos”, afirmó el diputado
Carolus Wimmer, en su columna de los jueves publicada en el Diario De
Frente de Barinas.
Wimmer señaló que debido a la intricada geografía de la zona, los
recursos navales de EEUU están en desventaja y por tanto “la República
Islámica de Irán, puso en evidencia la vulnerabilidad imperialista al
demostrar que tiene la capacidad de control del Estrecho de Ormuz por
donde circula el 40% del petróleo del mundo”.
“Un conflicto en Ormuz representaría una alteración de consecuencias
no predecibles para el equilibrio del mercado petrolero en tiempos de
crisis capitalista”, destacó el parlamentario que preside la Comisión de
Energía y Minas del Grupo Venezolano al Parlatino.
En su análisis, el experto internacionalista advirtió que una guerra
imperialista contra Irán podría significar un desastre. “El Pentágono ya
conoce, tras sus fallidas intervenciones en Líbano, Afganistán, Irak,
el amargo sabor de la derrota luego de emprender interminables campañas
militares que nunca rindieron victorias, y que obligaron el traslado de
sus tropas y recursos hacia el Pacífico”, resaltó.
Wimmer avizora que por los momentos continuará la tensión en las
costas persas, toda vez que EEUU anunció la postergación de los
ejercicios militares previstos con Israel en esa área, mientras Irán
confirmó que en febrero proseguiría con el conjunto de maniobras
denominadas El Gran Profeta 7, en el Estrecho de Ormuz y el Golfo
Pérsico. “Washington y Teherán han intercambiado misivas al respecto.
Tanta “amabilidad” en la Casa Blanca, sólo puede ser síntoma del
reconocimiento de su debilidad para emprender un conflicto de estas
características en los actuales momento”, concluyó el también Secretario
de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Venezuela (PCV).
A continuación el texto completo de su columna.
DEBATE ABIERTO
Carolus Wimmer
El estrecho de Ormuz
Hasta hace poco, casi nadie se percataba de la existencia de un
pequeño brazo de mar situado entre el Golfo de Omán y el Golfo Pérsico,
frente a las costas persas. Una señal hizo al mundo volver los ojos
hacia esa región. La República Islámica de Irán, puso en evidencia la
vulnerabilidad imperialista al afirmar que su país tiene la capacidad de
control del Estrecho de Ormuz por donde circula el 40% del petróleo del
mundo.
Estos señalamientos los hizo el gobierno iraní luego de recibir
amenazas de Occidente de apretar el bloqueo económico en su contra por
la continuidad de su programa nuclear con fines pacíficos. Sabemos que
la cuestión nuclear, es la excusa del Pentágono y sus aliados de la OTAN
para tratar de desestabilizar el último bastión antiestadounidense en
la región. La Agencia Internacional de Energía Atómica nunca ha podido
demostrar las supuestas intenciones bélicas de Teherán.
Un cada vez más debilitado Barack Obama, retoma una agresiva
diplomacia de micrófonos que incluye ataques a Irán, Siria, Venezuela, y
otros países que manifiestan plena autonomía ante las decisiones de
Washington. Pero esto no sirve de mucho para ocultar la realidad. El
componente naval estadounidense es derrotable en las aguas del Estrecho
de Ormuz.
Su complicada geografía, hace que los enormes buques destructores y
portaviones permanezcan aprisionados en una reducida franja marina donde
pueden ser blanco fácil de los misiles iraníes, cuyo alcance ha sido
comprobado con ejercicios en el propio terreno.
Un conflicto en Ormuz, representaría una alteración de consecuencias
no predecibles para el equilibrio del mercado petrolero en tiempos de
crisis capitalista. Mientras EEUU y Gran Bretaña, despliegan sus buques
de guerra en el área, Rusia ha dicho claramente que hará todo lo posible
por impedir una agresión militar contra Irán.
El Pentágono ya conoce, tras sus fallidas intervenciones en Líbano,
Afganistán, Irak, el amargo sabor de la derrota luego de emprender
interminables campañas militares que nunca rindieron victorias, y que
obligaron el traslado de sus tropas y recursos hacia el Pacífico. Una
guerra imperialista contra Irán, podría significar un desastre.
Por ahora, continúa la tensión. EEUU anunció la postergación de
ejercicios militares previstos con Israel en la zona. Mientras, Irán
confirmó que en febrero proseguiría con el conjunto de maniobras
denominadas El Gran Profeta 7, en el Estrecho de Ormuz y el Golfo
Pérsico. Washington y Teherán han intercambiado misivas al respecto.
Tanta “amabilidad” en la Casa Blanca, sólo puede ser síntoma del
reconocimiento de su debilidad para emprender un conflicto de estas
características en los actuales momentos.
Sec. RRII del PCV
@caroluspcv
http://www.defrentebarinas.info/Edicion/index.php
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