La Habana.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) convocaron hoy al Gobierno colombiano a tomar la senda del cese de hostilidades, anunciado de manera unilateral durante la apertura del diálogo de paz en esta capital.
En un comunicado al que tuvo acceso Prensa Latina, la guerrilla aseguró que con la decisión unilateral del cese de las hostilidades, aspira a fortalecer el clima de entendimiento entre las partes beligerantes.
Además, busca que se abra sin obstáculos ni demoras el escenario de participación y decisión popular en el proceso.
Las FARC-EP reiteran que su principal objetivo es la paz y toman como divisa "la verdad pura y limpia, convocando a la contraparte a tomar la misma senda, en la que sin duda es el pueblo, el constituyente primario, el legítimo y único soberano, el abanderado de esta causa sagrada que cautiva el espíritu de los verdaderos patriotas".
Ayer, en el inicio de las pláticas con el gobierno colombiano, la insurgencia hizo un llamado al alto el fuego y las hostilidades del Gobierno, al tiempo que abogó por la participación popular en este proceso.
A nombre de la guerrilla, el jefe de la delegación, comandante Iván Márquez, leyó un comunicado del Secretariado bajo el título de Abriendo senderos hacia la paz, en el que ordenó a las FARC-EP el cese de operaciones militares ofensivas desde la madrugada de hoy hasta el 20 de enero de 2013.
"Sabemos que el sosiego y la concordia son requisitos esenciales para la existencia de los pueblos, llegamos a este primer momento de diálogo, con la firme determinación de entregar todo nuestro empeño en buscar los caminos del entendimiento que permitan lograr la obra inestimable de la paz con justicia social", señala el texto.
La organización insurgente recalca que a todos los gestos unilaterales, que en beneficio de este laudable propósito hemos aportado, se sumó el anuncio del cese de acciones militares ofensivas contra la fuerza pública y la suspensión de actos de sabotaje contra la infraestructura oficial o privada.
De esa forman hace un homenaje "a nuestros hermanos de la Colombia que sufren las consecuencias de la sangrienta guerra impuesta por el régimen."
También expresan su gratitud a Cuba y Noruega, países garantes, y a Chile y Venezuela, acompañantes de este emprendimiento, por su ayuda constante y eficiente.
Aseguran que sin el apoyo de esas naciones hubiera sido muy difícil "llegar hasta el punto en que estamos para dar comienzo al abordaje de los temas de discusión consignados como preámbulo y agenda en el trascendental Acuerdo Especial de la Habana".
De igual forma, agradecen al Comité Internacional de la Cruz Roja por su apoyo y confianza.
La guerrilla asegura que la mesa de diálogo, instalada en el Palacio de Convenciones en esta capital, no será teatro de operaciones para intentar victorias que no se han logrado en el campo de combate.
Considera que buscan puntos de acuerdo, contribuir con ideas a la reconciliación de la familia colombiana, y no a aceptar imposiciones ni concertar el destino del país a espaldas de las mayorías nacionales.
En opinión de las FARC-EP, es la hora de escuchar la voluntad de pueblo y trazar los fundamentos de un nuevo contrato social que sea el cimiento de la paz y la felicidad ciudadana.
"Es quizá esta una tarea muy difícil por las acechanzas guerreristas que se le oponen, o por la posibilidad que existe siempre de que intereses políticos mezquinos la liguen a propósitos particulares", advierten.
Sin embargo, estiman que "al mismo tiempo es necesidad tan vital para las mayorías que por ningún motivo deberemos claudicar en su curso".
Por eso reclaman del gobierno determinación para la paz, pues si no hay sinceridad y disposición en las acciones, difícilmente se podrán concretar los objetivos.
"Estamos obligados por ese tremendo deseo de paz que tienen el pueblo, a actuar con pulso infinitamente firme, con tacto infinitamente delicado, de manera tal que tan compleja tarea no se nos disloque, no se nos divida, no se nos disuelva con la más ligera alteración", remarcan al referirse a las pláticas entre ambas partes.
Adelantan que desde la instalación de la mesa hasta el presente, han expresado sus puntos de vista, opinión política y disposición de paz, de manera franca y transparente.
Reafirman que se rigen por el acuerdo alcanzado por las dos partes para llegar a esta mesa, y niegan la existencia de agendas paralelas, por lo que "desde el seno de lo pactado reclamamos el pleno protagonismo popular en la toma de decisiones concernientes a la paz de Colombia".
Sobre esa base, también instan al gobierno a cesar el despilfarro militar que resta posibilidades de inversión social.
Precisan que casi la mitad del presupuesto nacional del 2013 ha sido destinado a financiar la guerra y al pago de la deuda externa.
"El Estado no debiera persistir en la ruta del militarismo y la sumisión a la banca internacional", subrayan.
Responsabilizan al Estado por la existencia de la guerra y el desangre nacional que alcanza más de medio siglo.
Todos estos años caracterizados por el exterminio político, incremento de las desigualdades, permanencia de la guerra sucia, implementación de medidas económicas y políticas para el saqueo y la degradación del derecho a la vida contra los colombianos, son muestra irrebatible de la inexistencia de la democracia, responsabilidad directa del Estado, aseguran.
"La guerrilla de las FARC, como pueblo en armas, está lista para emprender la ruta del diálogo que haga posible un entendimiento y, en tal sentido, valora los esfuerzos que en el mismo propósito han venido haciendo los voceros del gobierno colombiano", enfatizan.
El comunicado firmado por el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, desde las Montañas de Colombia, el 19 de noviembre de 2012, concluye que "bajo cualquier circunstancia deberá sostenerse el escenario de las discusiones civilizadas como única puerta de entrada a una era de justicia social y paz".
El texto envía un saludo a Humberto de La Calle, jefe de la delegación gubernamental en esta mesa, a los voceros del gobierno de Colombia, a los representantes de los países garantes de Cuba y Noruega, y a los acompañantes de Venezuela y Chile.Prensa Latina
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