Lázaro Vivero Paniza
Es una entrega unilateral por parte de las farc-ep y por ello, hay que esperar lo que digan sobre cómo, cuándo y con quién se efectuará la entrega.
Son otros seis colombianos sin distingo alguno que recobrarán su libertad, esa libertad que nunca además debieron perder, pero por este conflicto armado interminable que vivimos y, que, al parecer continuará porque siempre se habla de guerra y no de paz, tendremos que seguir soportando estos hechos que sumados a otros nos muestran la degradación de la guerra.
Por ello hay que pararla y, así, comenzar por fin a construir la paz, esa tan lejana que solo se queda en los textos, en los escritos, porque al parecer a nadie le importa y mucho menos a aquellos que viven y se lucran de ella.
Por ello hay que pararla y, así, comenzar por fin a construir la paz, esa tan lejana que solo se queda en los textos, en los escritos, porque al parecer a nadie le importa y mucho menos a aquellos que viven y se lucran de ella.
Que se los entreguen a Chávez, a Obama o al mismo papa Benedicto XVI no nos debe importar porque lo principal es que los entreguen. Que sea allá o acá donde los entreguen tampoco debe ser motivo de preocupación y mucho menos óbice para que se pongan condiciones por parte del gobierno nacional. Lo que importa es que puedan regresar.
Todos entendemos que por tratarse de una liberación unilateral, ellos, las farc, no exigirán condiciones extremas que dificulten el objetivo de la misma, porque nadie entendería que ese gesto que pudieran abrir la posibilidad de un acuerdo entre las partes a futuro, se convertiría en un motivo más para terminar condenando a los tantos miles de compatriotas más que están en las mismas condiciones al igual que ellos hablan de sus compañeros encarcelados por fines políticos.
Tampoco el gobierno debe jugar a imponer condiciones, primero porque es un acto unilateral y, segundo, porque nadie entendería a nivel nacional e internacional que no se hubiera hecho lo imposible por estos seis colombianos. Los señalamientos no se dejarán de esperar si las condiciones fueran adversas.
Se espera además de los guerreristas del país que creen que todo se soluciona a través de la fuerza como incluso los “falsos positivos”, montajes y sindicaciones amañadas para demostrar que están triunfando no interfieran en esta liberación y terminen empañando como siempre las buenas intenciones de muchos comandantes que saben respetar en Derecho Internacional Humanitario y los derechos en general. Además porque la vida de cualquier ser humano es inviolable aunque en la práctica esto no suceda en nuestro país. No podemos aceptar que se actúe por parte oficial igual o peor a lo que se dice combatir.
Si esto es así gana el gobierno, la fuerza pública y, podremos pensar en una solución política al problema del conflicto que vivimos y, los que todavía continúan en estas lamentables condiciones, no solo los canjeables sino todos, podrían recobrar su libertad.
Bienvenida esta nueva liberación y que vengan Chávez, Obama, Benedicto XVI, los premios nobel de paz y cuanto personaje de talla mundial sea necesario, con tal de que paremos este conflicto y, todos los secuestrados, puedan regresar de donde nunca debieron salir: sus hogares.
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