miércoles, 2 de octubre de 2013

Infidencias de los diálogos de la Habana, Cuba, entre las FARC – EP y el Gobierno

Por Nelson Lombana Silva


Los diálogos de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC – EP y el presidente Juan Manuel Santos Calderón, se han desarrollado en medio del tire y afloje, la desconfianza y las posiciones antagónicas, en cuanto a las propuestas. Mientras la insurgencia hilvana propuestas a granel en los distintos temas que se han venido tocando, el gobierno nada que propone. Es quizá por eso, que el presidente Santos y el grupo negociador se empecinan en que nada trascienda y se mantenga en absoluto hermetismo.



Para la muestra un botón. En el tema agrario las FARC – EP hace cien propuestas, el gobierno nacional ninguna. Esa es una de las grandes dificultades, señala  Carlos Arturo Lozano Guillén. El gobierno no tiene audacia e iniciativa para proponer, se ha dedicado a decir NO a todas las iniciativas del  movimiento insurgente.


El otro aspecto que llama poderosamente la atención es la confidencialidad, que acordaron las dos partes en conflicto para la implementación y desarrollo de la agenda y de lo acordado en su totalidad. El gobierno viene al parecer violando ese pacto, filtrando adrede cierta información pero desde su óptica, lo cual le ha sacado la “piedra” al comandante Timoleón Jiménez, para utilizar una expresión coloquial de Lozano Guillén. Incluso, diríamos al mismo director de VOZ La verdad del pueblo, quien hace importantes revelaciones sobre este largo proceso de diálogo de paz. Confiesa su aporte a la consolidación de la agenda y su desarrollo con todas las peripecias que rodean un proceso de diálogo tan importante no solo para los colombianos, sino también para todos los latinoamericanos.


“El camino es largo y culebrero”, decía mis abuelos para señalar la complejidad de estos diálogos con todas sus contradicciones. Por ejemplo, según Lozano Guillén, no hay memorias del proceso de diálogo entre las FARC – EP y el gobierno Nacional por orden expresa del presidente Juan Manuel Santos Calderón. “El gobierno se ha negado a que se levante actas de las reuniones. Las memorias serán las anotaciones que tengan los que toman nota o los países garantes que son Cuba y Noruega”.


 Agrega: “Es una cosa increíble. El gobierno impuso una fase exploratoria que tenía que ser súper secreta. Nadie podía enterarse de que había una conversación secreta en la Habana para construir la agenda. Ya que se habla de confidencias, voy a sacar una: hubo un momento en que estuvo amenazado el diálogo exploratorio secreto, porque hubo una contradicción muy fuerte, sobre el punto relacionado con las víctimas”.


“A petición de Cuba yo intervine para haber si se podía arreglar el problema. Fui allí y el gobierno nacional con miles de cosas de que tenía que esconderme  en un hotel, no salir a la calle, porque sí lo hacía corría el riesgo que alguien me conociera y entonces se dañaba el secreto. Me tocaba permanecer en ese hotel durmiendo y luego me sacaban en un carro para la reunión y luego, volvían y me encerraban en ese hotel”.


“Hasta que se resolvió el problema. La víspera de resolverse, yo ya cansado de estar encerrado en una habitación de un hotel, decidí bajar al bar a tomarme unos traguitos. Me llamó la atención que en una mesa estaban tomando cerveza dos personas con la mesa llena de latas de cerveza. Yo me dije: Esos tipos son colombianos, porque eso solo lo hacemos los colombianos de llenar la mesa de cerveza. Tengo la certeza que eso en ninguna parte del mundo sucede”.


“De todas maneras me senté y pedí el traguito cuando uno de ellos me reconoció y fue y se sentó a mi lado ya con sus traguitos encima y me dijo: “Usted es el director del periódico VOZ, Carlos Lozano”. Yo le dije: Sí, como no”. Me dijo qué está haciendo acá. Le dije: dictando unas clases en la universidad de la Habana. Le dije: “Usted ¿Quién es? Me dijo: “Yo soy policía”. Le dije: “¿Y qué hace un policía colombiano en la Habana, a quién va a detener?” Me dijo: “No, yo soy mayor de la policía y el otro que está conmigo es capitán de la policía y somos los pilotos del avión de Sergio Jaramillo y del hermano del presidente, Enrique Santos”. Pues me habían metido en el hotel donde estaban los pilotos de ellos. Tanto secreto y tanta cosa. Así no se maneja la confidencialidad”.


“Esa confidencialidad me demostró entre paréntesis otra cosa: Pilotos de la policía, no de las FAC, ni del ejército que son los que tienen experiencia para esos tipos de vuelos. Lo que quería decir que el presidente Santos no le tenía confianza ni a la FAC ni a los militares, sino al general Naranjo de la policía”.


“La crisis que se dio ahora y que le sacó la piedra como se dice coloquialmente al comandante Timoleón Jiménez es porque Santos presenta la confidencialidad, la difunde, la filtra, pero con su propia interpretación que fue lo que pasó en las Naciones Unidas. Por eso Timoleón Jiménez le mandó la nota diciendo nosotros también vamos a sacar nuestro punto de vista, si se trata de confidencialidad”.


“Pero me parece un absurdo porque es que si algo está reclamando el país es información, pero en buena medida obedece a la falta de iniciativa del gobierno nacional. Yo se lo dije al doctor Humberto de la Calle Lombana: El problema de ustedes es que no tienen iniciativa, no presentan ninguna opinión. Le conté la historia del folleto de VOZ. Le dije: “Cómo es posible que llamo a Sergio Jaramillo para que me diera los puntos que tiene el gobierno sobre el tema agrario y la contestación fue: No, presente la ley de víctimas y de tierras. Fue todo lo que me dijo. Por eso le interesa al gobierno la confidencialidad: Porque no tiene iniciativas. Parece que ni en el  mismo equipo de ellos se entiende bien”.


“Cuando estaba el gobierno en la fase exploratoria vino el presidente Barack Obama a la cumbre de Cartagena y el presidente Santos le comentó. Le dijo: Presidente Obama yo estoy dialogando con las FARC en la Habana en una fase exploratoria, secreta. Necesito el apoyo de los Estados Unidos. Obama estaba en campaña por la reelección. Le dijo dos cosas al presidente Santos: “Presidente yo ya conocía de eso porque la CIA me lo había informado y en segundo lugar, el apoyo lo veremos pero después de las elecciones porque eso a mí no me da votos en Estados Unidos. Pasaron las elecciones, fue elegido y salvo cosas muy generales, muy diplomáticas, no ha habido un compromiso serio de Estados Unidos para los diálogos”.


Con todas esas vicisitudes se debe persistir en la salida política, en el diálogo y todo dependerá, señala Lozano Guillén, de la participación del pueblo. Es decir, participación popular y campesina. No hay duda, mientras campesinos e indígenas y el sector popular no entiendan que en la Habana se está definiendo la paz o la guerra, los resultados serán muy  pocos halagüeños. También es un tire y afloje: El gobierno por dar la impresión que lo de la Habana es un simple pleito por las alturas entre las FARC y el presidente Santos y los revolucionarios, demócratas, pacifistas y filántropos por demostrar que las decisiones afectan para bien o para mal directamente al pueblo, al campesino más humilde, la mujer o el obrero de la fábrica.






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