Esta es una de las ocasiones en que pronunciar la palabra camarada, compañero, hermano, alcanza una significación potente, planetaria, universal, verdaderamente revolucionaria. El comandante Hugo Rafael Chávez Frías ha partido dejando no sólo una huella indeleble en la historia de América Latina y del mundo. Nos deja una patria grande y vibrante en la democracia más pura, aquella donde el poder constituyente del pueblo deviene fuerza, creación, multiplicación, justicia. Es prueba irrefutable de que es posible no únicamente soñar un mundo mejor, si no construirlo con las manos solidarias, los hombros unificados y las voluntades férreas de los revolucionarios de Venezuela y ahora, con las de los demás pueblos latinoamericanos y del Caribe que gracias a la monumental batalla política, jurídica y moral que ofreció el comandante Chávez, se yerguen dignos y altivos frente a la opresión y la injusticia.
Hugo Chávez estará presente a través de su inconmensurable legado unificador y profundamente democrático. El ALBA, la CELAC, Petrocaribe, UNASUR e incluso Mercosur son muestra viva de que América está encontrando su camino independiente y soberano como producto de un trabajo sistemático, amoroso y efectivo que permitirá a nuestros pueblos la conquista de su libertad definitiva y la consolidación de todos los procesos sociales, económicos y políticos de la nueva era que marcará para el mundo la forma debida del desarrollo con justicia social.
Destacamos también la enérgica contribución a la comunicación, el intercambio, la solidificación y la unidad de los movimientos y partidos de izquierda en Nuestra América que el comandante Chávez prohijó a lo largo de su fulgurante carrera pública, fundamentada en la correcta interpretación de la herencia vigorosa de todos y cada uno de nuestras y nuestros luchadores históricos como Bolívar, Martí, Nariño, Manuelita, Artigas, Sucre, Farabundo, Alfaro, San Martín, Sandino y los otros miles de inmolados a lo largo de centurias de ignominia, oscurantismo y contención criminal ingeniada por el imperio y sus áulicos criollos frente al inquebrantable arrojo popular en procura de alcanzar su felicidad.
Subrayamos el aporte que el comandante Chávez hizo a Colombia en la búsqueda de la anhelada paz. En todo momento fue una de sus preocupaciones principales como parte de su mirada estratégica del escenario orbital. Su intervención personal y decidida aportó a la creación de las condiciones indispensables para los diálogos y el desarrollo ulterior del proceso en nuestro país.
Para los comunistas colombianos, como para los demás revolucionarios, esta es una fecha histórica por el dolor que nos embarga, pero más que todo por la total certeza de que la memoria del comandante Hugo Chávez se convierte en motor renovado y poderoso para continuar nuestra lucha por la paz, la justicia y la felicidad para nuestro pueblo.
Honor al comandante de la ternura; gloria al testamento revolucionario del compañero eterno; vida en dignidad y combate a la lección de valentía e inteligencia del comandante Hugo Rafael Chávez Frías.
Patria Libre … Venceremos!
PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO
Bogotá, marzo 5 de 2013
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