El auditorio absolutamente abarrotado de delegaciones de los 32 departamentos del país. El color y la alegría predominaron. |
Por: Hernán Camacho
La tarea es defender el proceso de diálogo. Los colombianos desde las regiones tienen en sus manos la tarea absoluta de la paz
Palmo a palmo se colmó el escenario que lanzó las Constituyentes Regionales por la Paz, el pasado 20 de febrero en el centro de Bogotá. Todas las regiones del país asistieron con el único compromiso de ser testigos de un proceso político de verdadera democracia.
La tarea es defender el proceso de diálogo. Los colombianos desde las regiones tienen en sus manos la tarea absoluta de la paz
Palmo a palmo se colmó el escenario que lanzó las Constituyentes Regionales por la Paz, el pasado 20 de febrero en el centro de Bogotá. Todas las regiones del país asistieron con el único compromiso de ser testigos de un proceso político de verdadera democracia.
La jornada fue majestuosa, multicolor, pluricultural y políticamente firme. Los artistas y la alegría fueron la cuota inicial de la jornada. En las calles capitalinas se veía el desfile de las gentes afros, estudiantes, indígenas, mujeres, trabajadores y campesinos que, con sombrero y alpargatas, caminaron con banderas arriba en un carnaval de rostros auténticos e indescriptibles; reclamando la paz con justicia social para todos, para ellos y sus futuras generaciones. “La paz es un convencimiento del que el pueblo colombiano no está dispuesto a zafarse”, dijo Fidel Rozo, campesino del sur del Tolima.
El nacimiento
El proceso constituyente, nacido en el Encuentro de Comunidades Campesinas, Indígenas y Afrodescendientes por la Paz y el Territorio, fue la semilla orientadora de lo que es hoy una realidad. Un auténtico ejercicio de participación política en las propuestas y soluciones a las realidades cotidianas de cada uno de los colombianos. Se propone al menos un centenar de Constituyentes que puedan abarcar las regiones, los departamentos, los municipios, las veredas, las localidades y las barriadas, además de las constituyentes sectoriales como la de los cafeteros, anunciando un pronto lanzamiento, o la de los jóvenes, como también la de las mujeres. Todas con un solo sentido: ser constituyentes de paz y transformadoras de país.
Los protagonistas
Andrés Gil, vocero de la Marcha Patriótica instaló formalmente el proceso político del que recalcó ser el ejercicio de soberanía más amplio y democrático para los colombianos. “La voluntad de paz del gobierno debe ser empujada por el pueblo en la calle rechazando chantajes que inducen a la guerra” explicó Gil. Y es que para las casi dos mil organizaciones que componen Marcha Patriótica, más los procesos sociales como el Congreso de los Pueblos, la Ruta Común por la Paz y las personalidades democráticas, los gestos de fiereza contra el proceso de paz entre la guerrilla de las FARC-EP y el gobierno Santos no le son saludables al proceso.
Como tampoco puede venirle bien a la Mesa de Conversaciones la ausencia del pueblo colombiano y las propuestas de las gentes del común. El cerco impuesto al proceso no le permite a los plenipotenciarios ver la magnitud de soluciones al conflicto propuestas por los colombianos. De ahí, el acierto de descentralizar la solución de los problemas cotidianos en las regiones, cuyos destinos son reprochables por ser estos los escenarios de mayor crudeza en el conflicto. Para los indígenas del Cauca, llegados a Bogotá, gestos como la tregua unilateral son un alivio para el tormento vivido a diario bajo las bombas de los helicópteros y en medio de las balas.
Unidad por la paz
“Las constituyentes son el mejor escenario para construir un mejor país” fue el mensaje que el alcalde Gustavo Petro, en voz de Ana Teresa Bernal, envió al acto. El poder reside en el pueblo, reza la Constitución de Colombia, y para la Alcaldía de la capital, “ese artículo está por desarrollarse”. La paz es un derecho fundamental y un deber de obligatorio cumplimiento. Petro resaltó el papel que han jugado quienes le apuestan a la paz y a cambio reciben consecuencias adversas. “En esta coyuntura que vive el país empezamos a sentir un ambiente favorable en búsqueda de una solución digna y una solución negociada del conflicto. Las constituyentes se pueden convertir en el mejor escenario de construcción social del país”, dejó constancia el mandatario local quien sostuvo el compromiso de acompañar el proceso constituyente.
En medio de las presentaciones culturales hubo espacio para la reflexión política a cargo de verdaderos constructores de paz. Carlos Lozano, Iván Cepeda, Ángela Robledo, Piedad Córdoba, con la moderación del cineasta Lisandro Duque realizaron un panel. Importantes perspectivas, visiones y coincidentes en la paz necesaria: La paz nace desde el seno del pueblo y las gentes del común. “Este es un serio proceso de transformación que pasa inevitablemente por el diálogo y es un deber de cada colombiano defenderlo” manifestaron los panelistas.
Radiografía colombiana
Una idea oportuna y permanente fueron los calificativos del congresista Iván Cepeda a las Constituyentes. Una profunda radiografía social de la Colombia real. El parlamentario recordó un similar ejercicio que estuvo a cargo de las Comisiones de Paz del Congreso, que recorrieron el país recogiendo las propuestas e iniciativas de paz planteadas por los ciudadanos, las organizaciones políticas y populares, los gremios y los partidos políticos. Una enciclopedia de propuestas entregadas a los plenipotenciarios en La Habana, es la constancia de los problemas reales que afectan al pueblo colombiano. Hoy las Constituyentes potenciarán todos los esfuerzos de paz enfocados a terminar el conflicto y construir una nueva realidad.
“Son más que intuiciones imaginativas del pueblo colombiano. Las iniciativas bien pueden calificarse de experiencias de resistencia y de autogobierno de las comunidades, en especial campesinas. Colectivos que no solo sueñan con un país distinto, sino con procesos sociales alcanzables, viables, realizables que han empezado a construir a pesar de las condiciones difíciles”, recalcó Cepeda, quien exaltó las Zonas de Reserva Campesina como el mejor ejemplo de esas resistencias populares y defensa del territorio.
La paz sí es posible
A la pregunta del moderador si la paz es posible en Colombia, el autor del libro con ese nombre, Carlos Lozano, respondió con total seguridad: es posible solamente con el acompañamiento del pueblo colombiano. De ahí, lo importantes para el proceso las opiniones surgidas en las regiones donde se vive el conflicto social y militar con mayor intensidad. Los asistentes al acto en un número significativo son fiel representación de esas regiones. No es un proceso de diálogo fácil pues sus vicisitudes son propias de los codiciados intereses de la guerra, dijo Lozano: “En manos del pueblo está exigir que se mantengan las conversaciones entre la guerrilla y el gobierno, también insistir en una negociación con el ELN y participar con sus propias propuestas de solución a los problemas de los marginados que llevan a cuestas el conflicto”.
Las Constituyentes tienen otra importante cualidad. Servirán de catalizador de las luchas sociales y populares de las gentes del común, agobiadas por problemas cotidianos y reales. Allí la unidad del pueblo es la ruta para transformar las estructuras sociales, entender la problemática de los sectores y de las personas, elevando el espíritu político de todos los constituyentes que inevitablemente será la almendra de los cambios. Las Constituyentes no tienen un límite político, ni social, son amplias y generosas en la pluralidad social pues se necesita a todo aquel que crea en la paz con justicia social y la profundización de la democracia.
Llamado a militares
De hecho, la posibilidad de paz tiene sentido si se incluyen todos en el país, incluso a las Fuerzas Militares, llamadas por Lozano a comprometerse con una verdadera democracia, a sumarse al anhelo de paz. “Las Fuerzas Militares no pueden estar condenadas a ser el soporte del militarismo, del establecimiento y la expresión del poder de la clase dominante contra el pueblo. Los militares deben entender que también hacen parte de la democracia y tienen una tarea: favorecer los intereses del pueblo”, sentenció Carlos Lozano.
“Nosotros tenemos que reconocer que los esfuerzos de todos los saberes de los colombianos, de los militares, de los empresarios, de los gremios, de los trabajadores, de la clase media, están con las Constituyentes por la paz. Con ellos se construye la otra Colombia”, explicó Piedad Córdoba. La columna vertebral de la paz está en las regiones donde de manera prioritaria se debe respaldar y defender la paz.
Al sonido de Los bombos por la Paz, se cerró la gala en medio de la alegría popular y la tarea emprendida. Las Constituyentes son un referente capaz de movilizar y prender la chispa de los sueños patrios.
Fuente Semanario VOZ
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