Por Silsa Matilde Arias Martínez
Marelvis María, Gloria Lucia, María Teresa, Erika y Azael, hace dos años a las 11:19 de la noche bailaban en ‘Patio fresco’ esperando escuchar el “falta cinco para las 12” para partir cada uno a sus casas a felicitar a sus padres. “Por tanto hoy 31 de diciembre con los familiares y amigos sembramos árboles para no olvidarlos”, así lo indicó Delvis Estrada, Coordinadora de mujeres de la OIK.
Dos años después del fatídico momento, todos reconocen que esa noche del 31 de diciembre del 2008, el estruendo de una granada de uso privativo de las fuerzas públicas partió en dos las costumbres de menores, jóvenes y adultos, que siempre corrían con zapatos nuevos en las calles empedradas de Atánquez, muchos con sus ‘chirrinchis’ a cuesta, para llegar a las casas de sus viejos, antes que comiencen a sentirse los disparos al aire que anuncian que el año se esta terminando.Marelvis María, Gloria Lucia, María Teresa, Erika y Azael, hace dos años a las 11:19 de la noche bailaban en ‘Patio fresco’ esperando escuchar el “falta cinco para las 12” para partir cada uno a sus casas a felicitar a sus padres. “Por tanto hoy 31 de diciembre con los familiares y amigos sembramos árboles para no olvidarlos”, así lo indicó Delvis Estrada, Coordinadora de mujeres de la OIK.
Con el derecho de no olvidar jamás, muchas mujeres y hombres, decidieron resembrar la memoria de quienes en plena primavera dejaron 17 hijos huérfanos y hoy no siguen tejiendo Vida en Atánquez. Por ello, “hemos contagiado a otras mujeres, familiares, medios de comunicación propios como la Emisora Tayrona Stereo, Kankuama TV y quienes direccionan los altoparlantes de la Iglesia Católica, y autoridades locales, quienes desde la mañana de este vienes 31 de diciembre, adecuamos un espacio contiguo al sito de la tragedia, y por la tardecita sembramos árboles frutales y rosas de mil colores, para no olvidar a cinco de los nuestros, y de paso resembrar en la conciencia de muchos que debemos actuar con responsabilidad en cualquier momento de nuestras vidas, no dejarnos manipular por terceros y menos perder el dominio propio por efecto de los tragos”, así lo indicó Delvis Estrada.
¨El acto simbólico, también es por más de 200 hermanos que en 15 años de genocidio del pueblo Kankuamo abonan la Madre Tierra, los 85 heridos y familiares que fueron víctimas de esa fatídica noche; a ritmo de chicote y gaita, con la energía de una viranga (bebida tradicional caliente, de panela y jengibre), a la hora precisa del fatal suceso explotaremos bombas de goma multicolores; será sin duda una noche mágica por la memoria y la Vida”, puntualizaron las organizadoras.
Contacto: Delvis Estrada, 311-5617077, Silsa Matilde 314-3597016 (comuniKankuy).
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