Por: Ricardo Sánchez Ángel
Especial para el Periódico EL POLO
Colombia Plural/Inestco
A través de un diálogo epistolar y la confianza ganada por la dirigente política Piedad Córdoba ante la insurgencia de las FARC, las víctimas y amplios sectores nacionales, se está consolidando una corriente de opinión nacional con apoyos internacionales. Se logró la entrega unilateral de cuatro miembros de la fuerza pública y de dos connotados políticos regionales: Alan Jara y Sigifredo Rojas.
La filosofía política del movimiento es el humanitarismo. Lo que está permitiendo que esta corriente de opinión se exprese con fuerza ética y política ciudadana, es su inequívoca vocación por lograr la humanización de la guerra con la entrega de los cautivos, la oposición al secuestro y a toda forma de terror, venga de donde viniere. Avanzando hacia una paz realista y posible. Algunos de sus miembros hemos sido fuertes contradictores de la teoría de la combinación de las formas de lucha y del pragmatismo de hacer de la vida una mercancía económica y política. Al mismo tiempo que reiteramos la búsqueda de una salida política-negociada a la guerra permanente, la más antigua del mundo.
Este movimiento no hace concesiones de principio y de política a las FARC y no lo hará al ELN, que ha solicitado establecer otro diálogo epistolar. Coloca el primado ético de la vida humana como el valor fundamental, y el ejercicio de la libertad como esencial. Es un movimiento suprapartidista, pluralista, ciudadano y pacifista. Así lo entiendo y así creo que lo practicamos todos. Es lo que permite que su filosofía humanitaria tenga el alcance aglutinante que está logrando.
Igualmente somos contradictores de la razón de Estado que exhibe el gobierno del señor presidente, en tanto el humanitarismo tiene como primado el derecho a la vida, la más decisiva de las instituciones. Hacemos nuestra la Constitución, que ordena que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.
No exhibimos antigobiernismo, sino que ejercemos una pedagogía política pública frente al gobierno para que actúe a favor de propósitos humanitarios y pacifistas, tal como ha sucedido con la devolución unilateral reciente.
Entendemos que el humanitarismo debe ser terreno de encuentro, espacio común de las víctimas, el gobierno y la subversión de las FARC-EP.
Sin dejar de demandar la devolución unilateral de los cautivos, hay que buscar los caminos del acuerdo humanitario. Nada más, pero nada menos, es lo que proponemos. Reclamamos nuestro derecho a ser independientes para servir a la noble causa de los derechos humanos y la paz. La devolución unilateral de los seis compatriotas muestra que sí se puede!
Mi propuesta es que el Polo Democrático Alternativo apoye en su próximo Congreso estos propósitos.
A través de un diálogo epistolar y la confianza ganada por la dirigente política Piedad Córdoba ante la insurgencia de las FARC, las víctimas y amplios sectores nacionales, se está consolidando una corriente de opinión nacional con apoyos internacionales. Se logró la entrega unilateral de cuatro miembros de la fuerza pública y de dos connotados políticos regionales: Alan Jara y Sigifredo Rojas.
La filosofía política del movimiento es el humanitarismo. Lo que está permitiendo que esta corriente de opinión se exprese con fuerza ética y política ciudadana, es su inequívoca vocación por lograr la humanización de la guerra con la entrega de los cautivos, la oposición al secuestro y a toda forma de terror, venga de donde viniere. Avanzando hacia una paz realista y posible. Algunos de sus miembros hemos sido fuertes contradictores de la teoría de la combinación de las formas de lucha y del pragmatismo de hacer de la vida una mercancía económica y política. Al mismo tiempo que reiteramos la búsqueda de una salida política-negociada a la guerra permanente, la más antigua del mundo.
Este movimiento no hace concesiones de principio y de política a las FARC y no lo hará al ELN, que ha solicitado establecer otro diálogo epistolar. Coloca el primado ético de la vida humana como el valor fundamental, y el ejercicio de la libertad como esencial. Es un movimiento suprapartidista, pluralista, ciudadano y pacifista. Así lo entiendo y así creo que lo practicamos todos. Es lo que permite que su filosofía humanitaria tenga el alcance aglutinante que está logrando.
Igualmente somos contradictores de la razón de Estado que exhibe el gobierno del señor presidente, en tanto el humanitarismo tiene como primado el derecho a la vida, la más decisiva de las instituciones. Hacemos nuestra la Constitución, que ordena que la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.
No exhibimos antigobiernismo, sino que ejercemos una pedagogía política pública frente al gobierno para que actúe a favor de propósitos humanitarios y pacifistas, tal como ha sucedido con la devolución unilateral reciente.
Entendemos que el humanitarismo debe ser terreno de encuentro, espacio común de las víctimas, el gobierno y la subversión de las FARC-EP.
Sin dejar de demandar la devolución unilateral de los cautivos, hay que buscar los caminos del acuerdo humanitario. Nada más, pero nada menos, es lo que proponemos. Reclamamos nuestro derecho a ser independientes para servir a la noble causa de los derechos humanos y la paz. La devolución unilateral de los seis compatriotas muestra que sí se puede!
Mi propuesta es que el Polo Democrático Alternativo apoye en su próximo Congreso estos propósitos.
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