martes, 5 de julio de 2011

Daniel Samper Pizano le responde a Ordoñez


Ni fumo, ni miento, ni conspiro

Por: Daniel Samper Pizano

Es significativo que el procurador Ordóñez se dé por aludido con la Mano Negra y es inaceptable que lance calumnias contra mí.
¿Conque va a ser verdad lo de la Mano Negra?

Hace poco un periodista preguntó en Cartagena al procurador Alejandro Ordóñez por mi pasada columna, donde celebro que el presidente Juan Manuel Santos hubiera destapado la existencia de una Mano Negra de extrema derecha. Ese día, el ángel de la guarda del Procurador se le quedó en Bogotá, porque él dio una respuesta sorprendente, arrogante e insultante: "Samper se la fumó verde... Él no ha olvidado sus retozos juveniles". Enseguida pidió a Santos que indicara a las autoridades "los nombres de las personas, en el caso específico de la Procuraduría, si existen funcionarios públicos vinculados a estas empresas criminales".


Me llama la atención que Ordóñez se hubiera sentido aludido por mi nota. En ella mencioné que de este grupo de extrema derecha forman parte conservadores cavernícolas, militares, ex militares y sectores católicos ultramontanos. Dije también que su profeta es un pseudoideólogo y que su cuna es Santander. No sé cuál de estas clasificaciones hizo pensar a Ordóñez que le apuntaba a él. Militar no es, ni creo que lo haya sido; Santander tiene 2'158.000 habitantes, y el pseudoideólogo que yo tenía en la cabeza es Hugo Mantilla (Bucaramanga 1933-Suiza 2007). Supongo que, descartadas las demás categorías, las de conservador cavernícola y católico utramontano lo indujeron a proclamarse protagonista de mi nota. Allá él.

Su reacción revela una intolerancia falaz. No, señor Procurador, no fumo marihuana verde, ni seca, ni nada. Ni siquiera cigarrillos. Tengo vicios, pero van por otro lado: los libros, la música vallenata, el fútbol, los postres. Ninguno está prohibido por la ley. A lo mejor quiso copiar una frase "graciosa" de su mecenas Fernando Londoño. Pero como ya me han llegado mensajes en que me acusan de consumir cannabis, me permito lanzarle el siguiente desafío: estoy dispuesto a someterme a las más estrictas pruebas científicas en un laboratorio de prestigio. Si allí aparece la menor traza de cualquier tipo de droga ilegal en el periodo que usted escoja, yo dejo de escribir esta columna para siempre. Pero si no se detecta vestigio alguno, usted renuncia a la Procuraduría por calumniador e intolerante.

En cuanto a mis retozos juveniles, se limitaron a usar bluyines y emitir opiniones. En 1964, siendo universitario, empecé a escribir en EL TIEMPO y no he dejado de hacerlo. Nunca fui tirapiedras, no apoyé la lucha armada (salvo la de Bolívar hace dos siglos) y siempre he denunciado el poder mezquino de la oligarquía, la opresión, la corrupción, el abuso ambiental, la falta de libertad, la politiquería y -mire qué casualidad- la intromisión de la Iglesia en los asuntos del Estado.

Hay que ver, en cambio, lo que fueron los retozos juveniles de Ordóñez. En compañía de Mantilla, realizó purga violenta de libros de la Biblioteca Gabriel Turbay de Bucaramanga y quemó ejemplares pecaminosos en un parque cercano. "García Márquez, Rousseau, Marx y una Biblia protestante", reveló Daniel Coronell.

Ya metidos en el asunto de la Mano Negra y los atentados contra ilustres colombianos (Álvaro Gómez Hurtado, Fernando Landazábal, Jesús Bejarano, Antonio J. Cancino), sería interesante saber más sobre la amistad de Ordóñez y Mantilla. Este aceptó en declaraciones ante la Fiscalía (junio de 1998) que un puñado de militares, ex militares y políticos había montado una conspiración, conocida por él y otros, para derrocar al Gobierno (era presidente un pariente mío) e imponer un régimen cívico-militar. Entiendo que esto es un delito y debería investigarse. En el documento, Mantilla menciona a Ordóñez como asiduo consejero e interlocutor suyo en el café bumangués La Triada, foco de conspiraciones. Ordóñez era entonces magistrado en Santander y desde su cargo -sigo citando a Mantilla- "me manifestaba qué agentes de la Fiscalía me buscaban". Bonito papel.

¿Conque va a ser verdad lo de la Mano Negra? ¿Y es este mismo funcionario quien aspira a "aclarar" el caso con majestuosa "imparcialidad"?

cambalache@mail.ddnet.es

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