Sentido adiós al camarada Marco Elías Díaz Puentes (Foto cortesía de la familia) |
Por Nelson Lombana Silva.- PaCoCol
(Ibagué, septiembre 29 de 2012) El pueblo tolimense e ibaguereño le dio un sentido y emocionado adiós al camarada Marco Elías Díaz Puentes, quien había nacido en la ciudad de Ibagué el 7 de agosto de 1917. Desde muy joven abrazó con donaire la lucha revolucionaria, la causa de los pueblos y de su clase social, siendo firme y consecuente hasta el último instante de su dilatada y combativa existencia.
(Ibagué, septiembre 29 de 2012) El pueblo tolimense e ibaguereño le dio un sentido y emocionado adiós al camarada Marco Elías Díaz Puentes, quien había nacido en la ciudad de Ibagué el 7 de agosto de 1917. Desde muy joven abrazó con donaire la lucha revolucionaria, la causa de los pueblos y de su clase social, siendo firme y consecuente hasta el último instante de su dilatada y combativa existencia.
A la ceremonia exequial se hizo presente el camarada Carlos A. Lozano Guillén, director del semanario VOZ La verdad del pueblo, dirigente nacional del Partido Comunista Colombiano, la Marcha Patriótica, además, miembro de Colombianos y Colombianas por la paz, quien pronunció una sentía oración fúnebre en la funeraria, destacando con amplitud la vida y obra del camarada Díaz Puentes.
Con su voz entrecortada por la emoción, señaló la larga amistad personal y política que los unió durante muchos años; en un acto de sublime gratitud, Lozano Guillén destacó el gran aporte de Marco Elías en su formación política. Dijo: “Me unió una eterna relación política y de amistad con Marco Díaz a lo largo de muchos años. Le debo con gratitud que fue una de las personas que me trajo a la militancia Comunista y que ayudó en mi formación, de que alguna manera, por supuesto ha sido definitiva para que podamos actuar en la vida política y social del país”.
Sobre la firmeza ideológica y política que caracterizó la vida del camarada Marco Elías Díaz Puente, Carlos A. Lozano Guillén, señaló: “Nunca abandonó su militancia de partido en ninguno de los momentos y de las circunstancias, siempre estuvo allí, como se dice coloquialmente: Falleció al pié del cañón, siendo militante Comunista. Vine hace dos meses a la conferencia regional del Partido, reunión previa al 21 congreso, y allí lo encontré. Cargado ya con sus años, por supuesto, pero vital, lúcido, estuvo todo el tiempo muy atento y muy consecuente y pendiente de que el Partido no se salga de su rumbo aquí en el Tolima”.
Una de sus nietas que lo acompañó en los últimos años, Nadia Sofía Díaz, leyó un mensaje en el templo del barrio Cádiz una vez terminó la homilía, mensaje enviado por Isleni una de sus hijas que no pudo asistir por encontrarse fuera del país. En uno de sus acápites, señaló: “El recuerdo de mi padre es de alegría, vivió tan intensamente como nadie que yo haya conocido. Un hombre de pasiones y compromisos, incansable e indomable; trabajó hasta sus últimos días; su espíritu y fortaleza no le permitieron estar sin hacer nada; siempre informado y actualizado, al día con las noticias e inconforme con las injusticias; una conciencia revolucionaria que creció con sus años y una capacidad de entendimiento amplia y absorbente”.
En la capilla de cremación, en nuestra condición de miembro del comité central del partido comunista colombiano y secretario general a nivel regional del Partido Comunista Colombiano y secretario regional del Polo Democrático Alternativo, pronunciamos las siguientes palabras:
Compañeros, Compañeras, Señores y señoras,
Distinguidos hijos e hijas del camarada Marcos Elías Díaz Puentes: Gerardo, Germán, Marcos, Nubia, Julieta, Isleni y Cecilia;
Nietos y Nietas,
Familia en general:
Bajo el peso de una profunda emoción, nos hemos reunido para acompañar el despojo mortal hasta su última morada de un hombre oceánico, un hijo del pueblo, forjado a la intemperie, moldeado en la lucha popular con estoicismo y plena conciencia social y de clase.
Un hombre estudioso, valiente e inteligente que logró tempranamente entender con claridad la lucha de clases, el sabio pensamiento marxista – leninista y la necesidad de aplicar todos estos conceptos científicos a la realidad concreta de la clase obrera tolimense, dedicando toda su prolija existencia a organizar los obreros de la sastrería con tenacidad, entusiasmo y convicción.
Varias veces fue puesto preso en las mazmorras del régimen, muchas persecuciones, muchas amenazas, muchos momentos de zozobra e incertidumbre tuvo que soportar en esta noble tarea. Sin embargo, el régimen capitalista, el régimen de los antivalores, no logró minar su espíritu revolucionario y combativo. Por el contrario, se mantuvo firme, consecuente, dando ejemplo de lealtad, de convicción, de fortaleza y de amor por sus congéneres que caminan por veredas y barrios de la patria sin amor y sin esperanza, solo padeciendo los rigores de un sistema que tiene como centro fundamental el dinero y no la dignidad humana.
Con increíble sensibilidad humana, el camarada Marco Elías Díaz Puentes sentía y compartía el drama de millones y millones de seres humanos bajo la dictadura monstruosa del capitalismo. Los niños durmiendo en las calles de las grandes urbes, saciando el hambre con bóxer y los sobrantes de los restaurantes donde van los señoritos de la burguesía; jóvenes sin la posibilidad de estudiar, profesionalizarse y desarrollar sus actividades libremente como sucede en el Socialismo; hombres y mujeres en capacidad de producir sin empleo; ancianos abandonados, despreciados e ignorados después de haber quebrantado su biología y psicología en la dura proeza del rebusque y de la supervivencia.
Toda esta dramática tragedia del pueblo colombiano no le era indiferente a este gran hombre que hoy le decimos adiós y hasta pronto. Por el contrario, en más de una oportunidad se quitó su poco bocado de comida de su boca para compartirlo con el desplazado de la tenebrosa violencia de los 50s inventada por los partidos tradicionales; se despojó de la comodidad de su modesta habitación para compartirla con la juventud rebelde, con los pobres y los humildes que caminan taciturnos sin esperanza y sin la solidaridad de un Estado indolente e inhumano carcomido por la corrupción, el ventajismo y la violencia.
El compañero Marco Elías Díaz Puentes defendió la paz con justicia social, la vida, el medio ambiente y la solidaridad. Siempre predicó en todas partes la necesidad de la salida política al conflicto social y armado, el internacionalismo proletario y el amor por el prójimo. Entendió el marxismo – leninismo y lo practicó. Fue un comunista orgánico e integral.
Cada ocho días, casi que religiosamente, alimentaba su intelecto estudiando y comentando con su familia y sus camaradas cercanos, el semanario VOZ La verdad del pueblo. Hasta último momento tuvo el semanario como su guía imprescindible para la acción revolucionara.
Indudablemente, se va de entre nosotros físicamente, un gran hombre, un modelo de hombre, un paradigma para los revolucionarios que hoy juramos continuar con su lucha, sus sueños y sus anhelos; un hombre inmaculado que llevó las banderas de la lucha revolucionaria con firmeza y carácter.
Un hombre que le aportó al cambio y al progreso de todos nuestros conciudadanos que hoy al lado del Partido, la Marcha Patriótica y tantas otras formas de lucha, se avanza con la fe del carbonero hacia una segunda y definitiva independencia.
El camarada Marco Elías Díaz Puentes, recibió a personajes nacionales de la talla de María Cano, Jorge Eliécer Gaitán, el compañero Luis Morantes, más tarde comandante guerrillero de las Farc con el nombre de Jacobo Arenas. También ayudó a moldear un cuadro nacional de la clase obrera de la estatura del camarada Carlos A. Lozano Guillén, dirigente nacional del Partido Comunista, la Marcha Patriótica y además, miembro de Colombianos y Colombianas por la paz.
Camarada Marco Elías Díaz Puentes: Gracias por su maravillosa obra, gracias por su ejemplaridad como padre, amigo y revolucionario. Gracias por todo y puede descansar tranquilamente, porque ha cumplido con creces su histórica misión. Descanse en paz.
Muchas gracias
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