Por los resultados, fracasó el Plan Colombia. Es el fracaso de la guerra contrainsurgente e inclusive de la lucha contra el narcotráfico, porque los carteles y capos de la mafia siguieron exportando droga en la más completa impunidad.
En dos aviones repletos de altos funcionarios del Gobierno Nacional, encabezados por el presidente Juan Manuel Santos, de un grupo de comunicadores cuya independencia queda en entredicho y de los acostumbrados lagartos, llegó a Washington la delegación colombiana para celebrar los 15 años del Plan Colombia.
Uno de los invitados fue el expresidente Andrés Pastrana Arango, en cuyo gobierno (1998-2002) comenzó a regir el plan. Pastrana tuvo que estar incómodo. Sin inmutarse había dicho antes de partir para el jolgorio que él era el padre de la criatura. De ser así ¿Por qué la celebración no se hizo en Bogotá, en acto de dignidad y de soberanía nacional? Pero la clase dominante no sabe de eso. Obama fue el que dio cátedra y el falso padre de la criatura no apareció por ninguna parte, como no fueron siquiera mencionados los ex presidentes George W. Bush y Álvaro Uribe Vélez. Ni siquiera en un festín de falsedades merecieron el más mínimo reconocimiento.
Pastrana habló en la campaña electoral que precedió a su elección de un Plan Marshall, con ayuda yanqui, para combatir el narcotráfico. El gobierno de Clinton no estuvo de acuerdo y montó el Plan Colombia, aprobado por el Congreso de los Estados Unidos, antes de ser conocido en Colombia. Fue adoptado en Washington bajo la ley 106-246 con un desembolso inicial de 1.300 millones de dólares. El texto original fue en inglés. Pastrana hizo aprobar un texto asistencialista en el Congreso colombiano para descrestar calentanos, hasta cuando el periódico “Desde Abajo” lo desenmascaró publicando la versión en inglés que era la definitiva.
Pastrana para responder a los críticos que le reclamaban por este plan guerrerista cuando iniciaba un proceso de paz con las FARC-EP, negaba el carácter contrainsurgente. Su objetivo era el narcotráfico decía una y otra vez. Hoy, cuando pasó mucha agua por debajo de los puentes, sin inmutarse cambió la explicación y se reivindica como el adalid de la reingeniería militar y del cambio del rumbo de la guerra que entonces favorecía a la insurgencia.
Sin embargo, por los resultados, fracasó el Plan Colombia. Es el fracaso de la guerra contrainsurgente e inclusive de la lucha contra el narcotráfico, porque los carteles y capos de la mafia siguieron exportando droga en la más completa impunidad. El general Fernando Tapias lo reconoce a su manera en entrevista al periodista Julio Sánchez Cristo: “(…)la búsqueda innecesaria de resultados más rápidos y contundentes e incentivos confusos dio origen a un fenómeno delictivo inesperado denominado ‘falsos positivos’, que neutralizaron la estrategia, originaron severos cuestionamientos a nivel nacional e internacional”. La historia debe contarse como es y no a la medida de sus falsificadores.
carloslozanogui@outlook.es
Semanario Voz
No hay comentarios:
Publicar un comentario