Enviado especial
Acuerdo sobre participación política
Como dice el refrán: “Después de la tempestad viene la calma”. Así se podría decir, después de que los voceros del Gobierno Nacional y de la guerrilla de las FARC-EP anunciaron el pasado miércoles 6 de noviembre, en La Habana, el acuerdo parcial sobre el segundo punto de la agenda, contenida en el “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de la paz estable y duradera” que rige los diálogos entre las dos partes en la capital cubana.
Nunca antes la Mesa de La Habana estuvo tan amenazada como en las últimas semanas, por las presiones del tiempo o de la paz exprés, esencial en la aspiración reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos. Se habló desde la parte oficial de ruptura y las dos partes acariciaron la posibilidad de suspender los diálogos durante la campaña electoral. Las voces más sensatas se opusieron a las dos alternativas, funestas para el anhelo de paz de los sectores democráticos del país. Sin embargo, el comunicado conjunto hizo renacer la confianza en el país y en el exterior de que es posible avanzar en el diálogo para el logro de la paz en Colombia.
El Comunicado conjunto
“De acuerdo con dicha Agenda, hemos logrado consensos sobre los siguientes temas:
1. Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final. Acceso a medios de comunicación.
2. Mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas.
3. Medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.
Lo que hemos convenido, en su desarrollo, profundiza y robustece nuestra democracia, ampliando los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición, al igual que espacios de participación política y ciudadana. Promueve el pluralismo y la inclusión política, la participación y la transparencia en los procesos electorales y el robustecimiento de una cultura política democrática.
Constituye una apertura democrática en el marco del fin conflicto. La construcción de la paz requiere de participación ciudadana en los asuntos de interés público, en especial en los territorios más afectados por la violencia y, también, en los mecanismos de implementación del presente Acuerdo.
El ejercicio de la oposición política es fundamental para la construcción de una democracia amplia. Ello cobra mayor relevancia luego de la firma de un Acuerdo Final, que abrirá espacios para que surjan nuevos movimientos políticos que requerirán garantías para el ejercicio de la política.
Se establece que, se convocará en un evento nacional a los voceros de partidos y movimientos políticos para integrar una Comisión que defina los lineamientos del estatuto de garantías para los partidos que se declaren en oposición. La línea de tiempo se convendrá en el sexto punto de la Agenda.
Se acordó que esta Comisión, mediante la realización de un foro, facilitará la participación de voceros de organizaciones y movimientos sociales, expertos y académicos para que hagan sus propuestas sobre el Estatuto de la Oposición. Y sobre estos lineamientos, se elaborará la normatividad correspondiente”, consigna el documento suscrito por las dos partes.
Importantes acuerdos
Aunque el acuerdo es parcial, porque quedaron 14 temas pendientes, “todos muy importantes”, lo pactado está consignado en 20 cuartillas y se refiere a aspectos significativos de la participación política y los derechos de la oposición. No se reduce a las garantías para las FARC ni a curules que la guerrilla recibirá a cambio de la dejación de las armas, como dicen con sesgo o con mala intención algunos medios de comunicación, sino al fortalecimiento de la democracia y a los derechos de la oposición en el marco de mayores garantías para la participación política.
En el transcurso de la próxima ronda, que tendrá inició el 18 de noviembre, las partes informarán del contenido de lo acordado.
El jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle Lombana, en El Espectador del pasado domingo 10 de noviembre, analiza “el verdadero significado del acuerdo” y dice: “En las 20 cuartillas que contiene el acuerdo se trataron al menos 22 temas relevantes. Muy pronto habrá un informe conjunto para informar con más detalles a la ciudadanía”.
Sobre los temas pendientes, algunos serán rediscutidos al final, otros en los siguientes puntos de la agenda y también unos pocos pasarán a instancias definidas que los analizarán y buscarán los consensos con partidos políticos y movimientos sociales. Es indispensable bajo el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Los miembros de la delegación de paz de las FARC-EP declararon que el punto de la participación política es clave para “que se abran las puertas de la verdadera democracia”.
El trabajo fue intenso para lograr el acuerdo. Iván Márquez dijo para VOZ: “Aquí no ha habido vacaciones, hemos trabajado día y noche, a la mesa entregamos sesenta documentos sobre este punto”. Humberto de la Calle Lombana también reconoció ante los medios la voluntad y el empeño de las FARC-EP para que este feliz momento llegara.
Iván Márquez y Humberto de la Calle Lombana, cada uno en las declaraciones a los medios, recalcaron que el trabajo fue arduo y el acuerdo logrado es histórico y contribuye a fortalecer la democracia y la participación ciudadana.
A juicio de varios dirigentes políticos consultados, en particular algunos representantes de la izquierda, señalaron que los acuerdos sobre este tema deben ser de “aplicación inmediata, porque son obligaciones constitucionales”, no debe esperarse hasta la firma de la paz. La democracia debe fortalecerse con los acuerdos de La Habana y los aportes de las fuerzas sociales y progresistas del país.
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