Carlos A. Lozano Guillén, candidato al senado por el Partido Comunista Colombiano. |
La Unión Patriótica tiene toda la autoridad moral y ética para hablar de paz. Es el partido de la esperanza
A días de realizarse el V Congreso de Unión Patriótica crece el entusiasmo y la expectativa por la iniciativa política de los upeístas frente a los temas nacionales. La paz, la movilización social y la participación política serán los temas centrales de su Congreso. El semanario VOZ conversó con Carlos Lozano, miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, una voz autorizada para analizar la realidad política nacional y las perspectivas del futuro de la UP.
–¿Cómo ha sido el proceso de reconfiguración de la Unión Patriótica en las regiones mediante los preparativos del legítimo V Congreso?
–La Unión Patriótica, a pesar del genocidio político de que fueron víctimas sus dirigentes y militantes, mantiene una importante base social, integrada por los sobrevivientes, los integrantes de las coordinadoras regionales de víctimas, las organizaciones sociales agrarias, en la actualidad integradas a Marcha Patriótica, y el Partido Comunista Colombiano, columna vertebral de la UP.
Esta militancia ha participado con entusiasmo en las reuniones regionales convocadas por las coordinadoras de víctimas y familiares y el Partido Comunista y otras organizaciones sociales a nivel departamental y municipal. De alguna manera demuestran no solo que la UP es un referente histórico revolucionario, sino que cuenta con una base social sólida de izquierda y sectores democráticos.
–Los temas centrales del V Congreso upeísta serán no solo su plataforma política y la reforma de estatutos. Indudablemente el tema de la paz se atraviesa por la propia naturaleza de la UP. ¿Cuál es el objetivo en ese sentido?
–Bueno, el V Congreso de la Unión Patriótica, además de los temas que señalas, se ocupará de la reparación integral, que implica la reparación económica y política, para que haya verdad, justicia y garantías de no repetición. Un hecho como el genocidio de la UP no se puede repetir, debe quedar en la memoria histórica como un hecho repudiable, cuya principal responsabilidad la tiene el Estado dominante.
Demuestra la fragilidad de la democracia en Colombia y el ejercicio violento del poder por la oligarquía que lo detenta. Es una vergüenza histórica que debe quedar en la historia colombiana como una página irrepetible, es la demostración de la degradación del conflicto y de su peor exponente, el paramilitarismo como criatura del Estado.
La Habana
–Hace una semana la insurgencia de las FARC y el gobierno nacional anunciaron un segundo acuerdo en la agenda para la terminación del conflicto, el tema: la participación política un hecho ligado a la historia de la UP. ¿Qué opinión le merece?
–Es un acontecimiento histórico de enorme trascendencia. Aunque falta el compromiso del Gobierno para adelantar profundas reformas democráticas que amplíen la participación ciudadana y que el constituyente primario sea el principal determinador de los cambios que el país requiere. Falta el acuerdo para que se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente de origen democrático, popular y social. Sin embargo, el acuerdo sobre el segundo punto de la agenda abre la puerta de la apertura democrática real en Colombia.
–Algunos dicen que el acuerdo sobre el segundo punto oxigena la reelección de Santos. ¿Qué piensa al respecto?
–Claro que le sirve a Santos y a su reelección. Es ingenuo creer que él promovió el proceso de diálogo de La Habana por motivos altruistas y democráticos. Pero también le sirve al pueblo. A quienes sostienen esa visión limitada del alcance trascendental del acuerdo, hay que recordarles que el primer beneficiario debería ser la izquierda. Es una lástima que no esté unida y por ende no tenga la capacidad de aprovecharlo para ser opción de poder.
De alguna manera, quienes desde la izquierda no entienden la importancia de la mesa de La Habana, desaprovechan esta oportunidad, dilapidan el capital político y social de los acuerdos de la guerrilla de las FARC y el Gobierno. El sectarismo los enceguece.
Garantías políticas
–Hablemos de reparación. Para muchos la reparación de la UP se suscribe al tema económico pero la dirigencia del movimiento insiste en una reparación política. Le pregunto: ¿en qué consiste esa reparación política?
–La reparación política no es solamente el reconocimiento de la personería jurídica, ya otorgada por el Consejo de Estado, además el resarcimiento de los derechos políticos plenos a la Unión Patriótica, eliminados por la fuerza criminal de los actores del genocidio, entre ellos agentes del Estado sobre todo vinculados a las Fuerzas Militares, la Policía y los organismos de seguridad, así como caciques políticos nacionales y regionales vinculados a los partidos tradicionales. Implica, en consecuencia, devolverle las curules y cargos de elección popular, perdidos por la guerra sucia y el asesinato de quienes habían sido elegidos por el voto popular.
Es parte de la reparación integral, fundamental para que el Estado pague la deuda histórica con la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano. La reparación requiere que el Estado colombiano se comprometa a no cohonestar con este tipo de acciones criminales, al igual que el imperialismo de Estados Unidos que estimuló la lucha contrainsurgente, bajo los rigores de la doctrina de la seguridad nacional, contra el movimiento social, democrático y popular.
La perspectiva
–Hablemos de participación. El Partido Comunista ha lanzado la propuesta de un frente amplio que junte las fuerzas revolucionarias, democráticas y progresistas de Colombia. ¿La UP puede ser eje articulador de ese frente?
–La Unión Patriótica tiene un lugar en el frente amplio por la paz, debe promoverlo y contribuir a su expansión y amplitud a nivel nacional. La UP, como Marcha Patriótica, surgió para la paz, para actuar en dirección a la solución política democrática del conflicto colombiano.
–Usted viene recorriendo el país y tomándole la temperatura a la política nacional, ¿qué mensaje lleva al V Congreso?
–La necesidad de que la Unión Patriótica, además de insistir en la reparación integral para que los crímenes del genocidio no queden impunes, contribuya a la lucha por la paz con democracia y justicia social; a la unidad más amplia de las izquierdas y sectores democráticas, indispensable en la formación de una alternativa democrática y popular. La izquierda puede ser opción de poder si supera los obstáculos sectarios y hegemónicos que algunos mantienen como talanquera para la convergencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario