lunes, 2 de enero de 2012

Amarillismo a la colombiana

Por Juan Pablo Calvas

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando ve los noticieros de televisión? ¿Se indigna de ver tantos hechos sangrientos en esos espacios? Bueno, pues yo también. De hecho, le confieso algo: hace mucho tiempo no veía los noticieros de RCN y Caracol TV, pero gracias a estas seudovacaciones de fin de año tuve el placer (en realidad disgusto) de ver unas cuantas emisiones.


¡Qué desgracia! Cada día la cosa es peor. Las noticias de los canales privados de televisión parecen tabloides amarillistas en video. Ya no hay noticias, simplemente reseñas de hechos que no sirven para nada. Casos, casos y más casos sacados de la agenda de una estación de Policía o de la sala de autopsias de Medicina Legal.

Un día cualquiera, los primeros 20 minutos del noticiero se van en contarnos que una joven fue asesinada por robarle un computador, que una mujer fue herida por su esposo en una disputa conyugal, que un niño se quemó con una olla de agua hirviendo, que un grupo de traficantes de droga fue detenido en alguna ciudad intermedia, etcétera.

Los fines de semana la cosa es peor. Los noticieros de televisión parecen hechos en la oficina de prensa de la Policía Nacional. El 80% de lo que sale son noticias protagonizadas por ‘los uniformados’, hablando de operativos exitosos, capturas y contando casos escabrosos.

En resumen, las noticias nos cuentan historias que afectan a una sola persona, si acaso a una familia.  Y, sí, son relatos que nos indignan y nos duelen. Pero seamos francos, ¿en qué nos afectan esos hechos? ¿De qué manera contarle a un público nacional que un niño se quemó con una olla está ayudando a tener una sociedad que conoce mejor su entorno? ¿Permite esto que desde los medios tengamos unos ciudadanos críticos ante la realidad?

Lo peor es que esta ‘epidemia’ del amarillismo ya saltó de la televisión a la radio (¿o fue al revés?) y entonces vemos que las noticias que más gustan a los directores informativos de las grandes cadenas son del mismo talante. Pura noticia judicial.

¿Será que los colombianos somos una especie rara de vampiros que se alimenta de la sangre que escurren nuestros medios de comunicación?

Sé que a nivel de las dos grandes emisoras informativas nacionales la línea editorial para mostrar al país desde las regiones es “cuenten historias tristes, dramáticas, casos de dolor, que causen indignación”. Buenísimo, ¿no? Desde esa perspectiva todo lo que pasa en Colombia es lo que se queda en el filtro de mostrar las miserias humanas.

Sabiendo esto no sé cómo los directores de esos medios pueden salir a burlarse de periódicos como El Espacio, Q’hubo o Al Día. Lo que hacen es exactamente lo mismo. Ponen en una página la historia de sangre y en la siguiente a la supermodelo cuasi desnuda.

Afortunadamente, es inminente el relevo en la dirección de los noticieros de Caracol y RCN TV. Ojalá sea esta la oportunidad de buscar directores de noticias que piensen en espacios informativos que permitan construir una sociedad democrática y autocrítica. Es hora de pedir medios responsables y no tabloides televisados.

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