viernes, 6 de febrero de 2015

Uribistas establecen el delito de amistad

Comunicado de prensa de Carlos A. Lozano Guillén.

Un video del Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre Lynnett, interviniendo en un panel sobre “Justicia Transicional” en el marco del Congreso del movimiento político “Poder Ciudadano”, está circulando por las redes sociales, cuidadosamente mutilado y manipulado por los hackers del uribismo, en la campaña de odio y retaliación que adelanta la extrema derecha del “Centro Democrático” contra el importante funcionario de la rama judicial.


Como preámbulo de la intervención el Fiscal hizo un reconocimiento de su antigua amistad personal y familiar con el suscrito, en Ibagué, donde ambos terminamos el bachillerato en el histórico colegio de San Simón. El doctor Montealegre hizo referencia a mi condición de líder estudiantil y con generosas palabras dijo que yo era un punto de referencia para los estudiantes que en la época pregonaban la revolución.

En la perversa y habilidosa trampa de estos terroristas del ciberespacio, mutilan la interesante conferencia del alto funcionario sobre Justicia Transicional, que fue al fondo del tema en la búsqueda de alternativas que despejen el camino de la paz.

Nombrar la palabra revolución le pareció terrible a los uribistas y a ciertos comentaristas de una cadena radial de un poderoso grupo económico, hasta el punto de calificarlo de amigo de los terroristas y de las FARC-EP. Para las huestes cibernéticas del ahora senador Álvaro Uribe Vélez, fue un delito que el fiscal Montealegre hubiera hablado tan bien del Director de VOZ, les pareció la “prueba reina” de sus señalamientos injuriosos y calumniosos. Es la manera de desviar el debate de las investigaciones y de los delitos de los principales representantes del uribismo, tanto en la “casa de nari” como en otras entidades públicas, varios de ellos en la actualidad prófugos de la justicia.

El uribismo se inventa el delito de amistad, para señalar a Eduardo Montealegre de ser de las FARC con el supuesto de que Carlos Lozano también lo es. Para demostrarlo, adornan el video mutilado con fotografías del suscrito con el comandante Hugo Chávez, con Carlos Aquino, director del periódico Tribuna Popular de Venezuela y con miembros de la delegación de paz de las FARC-EP, publicadas en el semanario VOZ, que reflejan actividades públicas, periodísticas y políticas del Director de VOZ en función de la paz.

En el panel académico jamás se presentó el video de las FARC-EP que citan con tanta angustia los uribistas, fue antes o después del mismo, cuando no estaba presente el doctor Montealegre. Aunque no tiene nada de extraño ni de ilegal, porque la opinión de la Delegación de Paz de los insurgentes se escucha en videos en todas las actividades que sobre el tema se realizan en el país y en el exterior. La opinión de las FARC-EP es casi que obligatoria en todo debate sobre la paz en Colombia.

Con orgullo reconozco que soy amigo desde la infancia del Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre. Nuestras familias eran vecinas en un céntrico barrio de la capital de Ibagué. Mi padre, Carlos A. Lozano Agudelo, prestante abogado, dirigente liberal y defensor de los derechos humanos y mi madre, Tulia Guillén de Lozano, concejal de Ibagué por el partido liberal, eran los padrinos de bautizo de Nelly Beatriz Montealegre Lynett, íntima amiga de las hermanas Lozano Guillén, y el suscrito, entrañable amigo de Gustavo Montealegre Lynett, hoy un prestante médico ibaguereño, colega de Julio Alfredo Lozano Guillén ya fallecido.

Tanto mis padres como Argilio Montealegre, ex diputado y ex parlamentario liberal, y Molly Lynett de Montealegre nos educaron en sanas y buenas costumbres, personas de bien al servicio de la sociedad. Eso no lo entienden los uribistas con deudas pendientes con la ley y que acuden al viejo truco de señalar y atacar a los demás. El ladrón que grita: “cojan al ladrón”.

Carlos A. Lozano Guillén

Bogotá D.C. 5 de febrero de 2015



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