sábado, 26 de abril de 2014

Mirador: El capital corrompe

En la estrategia global antiterrorista están participando académicos de Estados Unidos y de universidades europeas que contribuyen en la elaboración y difusión de los manuales de lucha contrainsurgente.



En la lucha global contra el terrorismo, última presentación de la doctrina intervencionista de los Estados Unidos tras el feroz anticomunismo de la guerra fría y la posterior lucha contra el narcotráfico, todo es válido. Hay vía libre para las ocupaciones militares, el derrocamiento de gobiernos legítimos, bloqueos económicos y ningún respeto por las fronteras. Según los académicos de la derecha, en los tiempos del “planeta global” no existen fronteras.


Tras el 11 de septiembre, cuando cayeron las Torres Gemelas en Nueva York, el mundo cambió, dicen los apologistas del intervencionismo global. Como si igual no lo fue antes, durante la guerra fría, cuando el mundo se dividió en los dos sistemas diametralmente opuestos. O cuando después del derrumbe del Muro de Berlín, el imperialismo norteamericano se acordó del narcotráfico para adelantar las guerras de rapiña.


Así lo advierte el profesor mexicano Gilberto López y Rivas en un pequeño texto, editado por Ocean Sur y distribuido en Colombia por Ediciones Izquierda Viva: “Estudiando la contrainsurgencia de Estados Unidos. Manuales, mentalidades y el uso de la antropología.”


“Estados Unidos ha elevado el terrorismo al rango de política estatal global, más dañina y peligrosa para la humanidad porque es llevada a cabo por un aparato especializado y diversificado de subversión y con el apoyo de la maquinaria bélica del más grande Estado capitalista”, dice López y Rivas.


En este sentido, Estados Unidos y las principales potencias capitalistas se han opuesto en la ONU a que se amplíe el universo de la definición de terrorismo para que incluya el de Estado. Es la forma de la dictadura mundial del gran capital que ocupa e invade a países soberanos en defensa de “su” democracia y del modo de vida americano.


En la estrategia global antiterrorista están participando académicos de Estados Unidos y de universidades europeas que contribuyen en la elaboración y difusión de los manuales de lucha contrainsurgente. Buscan justificaciones jurídicas para las ocupaciones militares, a través de una descabellada doctrina del “país huésped” que invita a una potencia para que lo ocupe “en defensa de la democracia y la libertad y contra la amenaza terrorista”. Así podría entenderse la presencia de tropas gringas en Colombia en casi una decena de bases militares. Tropas de ocupación, invitadas por los gobiernos lacayos de turno.


Una ciencia social al servicio del hombre y de la humanidad como la antropología es utilizada sin escrúpulos. “Antropología mercenaria” la llaman, cuestionada por la Academia de Antropología de Estados Unidos, entre otras entidades. El capital corrompe.

carloslozanogui@etb.net.co



Semario Voz




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