Las FARC-EP surgieron hace 50 años llamando al diálogo y a la solución política del conflicto
La fecha histórica de la fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) es el 27 de mayo de 1964, cuando se produjo el primer enfrentamiento del pequeño grupo de campesinos, encabezados por “Manuel Marulanda Vélez”, decididos a resistir la agresión de 16 mil soldados a Marquetalia, enviados por el presidente Guillermo León Valencia a arrasar la pequeña población tolimense en el sur del país, considerada una “república independiente” por la caverna derechista colombiana, liderada por el entonces senador conservador Álvaro Gómez Hurtado.
Se inició así una nueva etapa del conflicto social y armado colombiano, que le dio vida a la guerrilla más antigua del continente, que tiene su origen en la resistencia armada campesina a la violencia conservadora de la segunda mitad de la década de los años 40.
La cruenta Operación Marquetalia se inició el 18 de mayo de 1964, orientada por el Plan Laso, elaborado por el Pentágono de los Estados Unidos. Incluyó movilización de tropas por aire, tierra y agua en cantidad de 16 mil uniformados, con participación de infantería, artillería y aviación. Los campesinos, después de movilizar a sus familiares (mujeres, niños y ancianos), decidieron resistir la agresión oficial en un número no superior a 20.
El 27 de mayo, como ya se dijo, se produjo el primer combate y, por esta razón, para las FARC-EP, desde el punto de vista histórico, equivale a la fundación de esta organización insurgente. Aunque en lo formal, la decisión fundacional fue en la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, realizada entre el 25 de abril y el 5 de mayo de 1966.
Las consecuencias de Marquetalia
El peso del acontecimiento del ataque a Marquetalia, primero, y a Riochiquito, El Pato y Guayabero después, es el que le da trascendencia a la decisión de Manuel Marulanda y de los guerrilleros del sur del país de conformar una guerrilla a nivel nacional no solo para resistir sino para buscar el poder mediante la aplicación de la guerra de guerrillas.
Sin embargo, es dable anotar que desde que se conoció, en abril de 1964, de la existencia del Plan Laso, los campesinos de Marquetalia llamaron al Gobierno al diálogo y a buscar un acuerdo político que evitara la confrontación. Contribuyeron en esta dirección la dirección nacional del Partido Comunista Colombiano, algunos parlamentarios liberales, entre ellos varios del MRL de Alfonso López Michelsen, y conocidos prelados de la Iglesia católica, como monseñor Germán Guzmán y el padre Camilo Torres. Pesaron más en el establecimiento, como siempre, las voces destempladas del militarismo y el guerrerismo y la orden de Washington.
El semanario VOZ, a la sazón VOZ de la Democracia, la primera VOZ, denunció en abril de 1964 la existencia del Plan Laso y el inminente ataque a Marquetalia: El gobierno de Guillermo León Valencia decidió clausurar el periódico con el argumento de que la información era mentirosa. Significó un golpe a la libertad de prensa y reflejo del desprecio frentenacionalista por la democracia real. Así nació VOZ Proletaria, la segunda VOZ.
Diálogo y solución política.
Las FARC-EP surgieron hace 50 años llamando al diálogo y a la solución política del conflicto, como antes lo hicieron las guerrillas y los campesinos de la resistencia armada en los años 40, cuando exigieron “la tierra para el que la trabaja” y en 1953, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, que demandaron la asamblea nacional constituyente soberana y democrática en rechazo a la de bolsillo del régimen militar.
Se puede decir, a la luz de la historia, que los antecedentes de las FARC-EP fueron la lucha guerrillera contra las dictaduras conservadoras de Mariano Ospina Pérez y Laureano Gómez, la resistencia armada campesina en el Frente Nacional bipartidista y la realización de la Primera y Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, en 1964 y 1966. Es en esta última cuando se define con claridad la orientación táctica y estratégica de las FARC, como “guerrilla de nuevo tipo” por el legendario Jacobo Arenas.
“(…)los destacamentos guerrilleros del Bloque Sur nos hemos unido en esta Conferencia y constituido las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que iniciarán una nueva etapa de lucha y unidad con todos los revolucionarios de nuestro país, con todos los obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, con todo nuestro pueblo, para impulsar la lucha de las grandes masas hacia la insurrección popular y la toma del poder para el pueblo”, dice la declaración política de la Segunda Conferencia Guerrillera del Bloque Sur.
El tema agrario fue fundamental en su incidencia, aunque tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, el carácter de la democracia se convirtió en factor importante también. El Estado violento, cerrado a las libertades públicas y a las garantías democráticas, fue entendido por los guerrilleros como un obstáculo para la reforma agraria y los cambios sociales y para la existencia de partidos políticos de oposición y de izquierda en el sistema bipartidista.
El terrorismo de Estado
Desde las dictaduras conservadoras, a partir de 1946, los latifundistas armaron bandas criminales a su servicio, apoyadas por la policía chulavita y el Ejército, para impedir la lucha agraria de los campesinos. Fue una manera de cerrar las posibilidades de la lucha democrática. Numerosos dirigentes campesinos fueron asesinados y encarcelados y otros adoptaban el camino de las armas para enfrentar el terrorismo de Estado.
La Primera Conferencia Guerrillera del Bloque Sur, el 20 de julio de 1964, adoptó el Programa Agrario que se convirtió en una ley de la organización guerrillera. La definió así: “A la reforma agraria de mentiras de la burguesía oponemos una efectiva reforma agraria revolucionaria que cambie de raíz la estructura social del campo colombiano, entregando en forma completamente gratuita la tierra a los campesinos que la trabajan o quieran trabajarla, sobre la base de la confiscación de la propiedad latifundista en beneficio de todo el pueblo trabajador”.
Es lo que define con claridad, desde la perspectiva de las FARC, la génesis del conflicto, afectada por la precariedad de la democracia y el despotismo del poder de la oligarquía dominante.
Naturaleza política
Las FARC-EP se convirtieron en factor fundamental de la realidad colombiana. Su naturaleza política, mucha veces soslayada por la “gran prensa” y los belicistas, ha sido reconocida aun por sectores de la burguesía que han aceptado el diálogo en búsqueda de la solución política del conflicto mediante un acuerdo nacional.
Cincuenta años después, en el gobierno actual de Juan Manuel Santos, las FARC-EP están sentadas en una mesa de diálogo en La Habana, buscando la paz con democracia y justicia social. Tres de los seis puntos de la agenda han sido adoptados (Desarrollo Agrario Integral, Participación Política y Solución al problema de las drogas ilícitas), así sea de manera parcial.
Es la demostración del fracaso de la lucha contrainsurgente. Plan Laso y Plan Colombia, de diseño yanqui, mas todos los planes militares con asesoría internacional fracasaron porque no lograron el objetivo de aplastar a las guerrillas, incluyendo los planes militaristas de la “seguridad democrática” del uribismo mafioso.
Es lo que demuestra que el único camino es el diálogo, el de la solución política que modifique las causas del conflicto. Los 50 años de las FARC-EP son parte de la historia colombiana que no puede ignorarse.
Semanario Voz
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