sábado, 29 de julio de 2017

VOZ: antecedentes, historia y futuro

 Por: Carlos A. Lozano Guillén

“Estamos orgullosos de ser ‘caja de resonancia’ del partido, de la JUCO, de la Unión Patriótica, de las FARC-EP, del auge de la lucha popular”, Mensaje de VOZ al XXII Congreso del PCC.


VOZ de la Democracia (la primera VOZ) apareció, desafiante, por primera vez, el 20 de julio de 1957 como órgano central del Partido Comunista de Colombia, dos meses y diez días después de caída la dictadura militar del general Gustavo Rojas Pinilla. Y fue desafiante, porque estaba vigente el decreto 0434 que ilegalizó a los comunistas y en esa condición la dirección nacional del partido, desde la clandestinidad, decidió sacar a la luz el periódico bajo los criterios y concepciones leninistas aplicados a la realidad colombiana. Las oficinas de VOZ de la Democracia en el país se convirtieron en las sedes del Partido Comunista. Fue la manera de aprovechar “un período de ascenso democrático” con pequeños espacios debido a que no sería “vertical y sin obstáculos”.


Portada de la primera edición de VOZ de la Democracia, 20 de julio de 1957.
El primer golpe represivo

VOZ de la Democracia circuló hasta noviembre de 1963 cuando el gobierno del Frente Nacional de Guillermo León Valencia, a través del ministro de Gobierno, suspendió la licencia 469 de 1957 otorgada por la Junta Militar que sucedió a Rojas Pinilla. Apareció, de inmediato, VOZ Proletaria, licencia 01110 expedida el 29 de octubre de 1963, que irrumpió para denunciar la agresión a Marquetalia, el surgimiento de la guerra de guerrillas y la fundación de las FARC. La única opción para los campesinos, liderados por Manuel Marulanda Vélez, ya acompañados por Jacobo Arenas y Hernando González llegados de Bogotá, que llamaron al diálogo al gobierno de Valencia, respaldados por personalidades democráticas, incluyendo sacerdotes como monseñor Germám Guzmán y el padre Camilo Torres, sin tener éxito.

Portada de la primera edición de VOZ Proletaria, 1963.

VOZ Proletaria vivió una etapa intensa, de mayores definiciones, en el marco del auge de la lucha popular. Surge la CSTC, se realizan paros cívicos y movilizaciones de masas de los trabajadores y los estudiantes en las principales ciudades; así como acciones campesinas en las regiones de la “Colombia profunda” como la llaman ahora, la de los territorios, de un acumulado histórico de distintas formas de la lucha de masas.

Simplemente VOZ

Producto de ese rico proceso, con la iniciativa de Manuel Cepeda Vargas y con la anuencia de la dirección nacional del partido, el periódico semanal pasó a llamarse simplemente VOZ, en 1983, época de acelerado proceso de urbanización en Colombia. “Es un país de ciudades” dicen algunos analistas de los temas urbanos. Se producen cambios en el escenario político social y surgen organizaciones sindicales de capas medias y profesionales que alientan la lucha de clases en el país. Académicos, profesores universitarios, trabajadores de la cultura, médicos y abogados y estos últimos se destacan, liderados por la egregia figura de Jaime Pardo Leal, primer candidato presidencial de la Unión Patriótica, víctima del terrorismo de Estado.

“El contenido de VOZ, dice Manuel Cepeda Vargas, expresa el enfoque de clase sobre el momento y sus perspectivas. En primera línea de nuestras preocupaciones está actualmente la lucha por las reformas democráticas y el camino hacia la apertura democrática. Se plantea aquí el tema del contenido de las informaciones. Mientras la prensa del establecimiento da una versión mezquina (cuando no falseada totalmente) de ese proceso, diseminando multitud de informaciones erróneas, empeñada en impedir que este se desenvuelva y culmine, VOZ muestra su potencialidad, su capacidad de desarrollo y la posibilidad de que alcance su plenitud(…)”.

La vigencia de VOZ

En este contexto ideológico y de la praxis revolucionaria, VOZ está vigente con el mismo concepto leninista de la “primera VOZ”, su papel es ser organizador, agitador y educador de las masas. Es un periódico de los comunistas para las masas, un referente de la izquierda como en la actualidad se lo reconocen tirios y troyanos. Tuvo sus antecedentes en el periódico “Tierra” que circuló entre 1930 y 1939, el Diario Popular que salió cada día entre 1942 y 1946, “Vanguardia del Pueblo” desde 1947 hasta 1954 cuando la dictadura militar clausuró la publicación, pero el partido siempre adelantó la propaganda clandestina como “La Verdad” y “Resistencia”, que circularon a pesar de las restricciones y la represión oficial. Muchos periodistas y los difusores de VOZ fueron víctimas de la persecución implacable, varios torturados y asesinados.

 Es una rica historia de momentos difíciles y cruciales, pero sus páginas históricas recogen las crónicas de la lucha de los trabajadores y de las masas populares por la democracia, sus derechos sociales, la unidad y el socialismo. Son crónicas de tragedias como la guerra sucia del terrorismo de Estado, pero también de avances significativos, el más importante, tal vez, el Acuerdo Final de La Habana que le pone punto final a la guerra y abre la enorme posibilidad de lograr la apertrura democrática tan trajinda en las tres últimas décadas y que abren un nuevo aire para la acción política y social del pueblo colombiano. La unidad democrática, imperativo inaplazable, puede desbrozar el camino hacia ese momento histórico. VOZ tendrá que estar en ese lugar jugando su papel desde el periodismo revolucionario. Son 60 años de historia, bien contada, apoyada en la verdad, que siempre es revolucionaria.





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