sábado, 19 de septiembre de 2015

Mirador: La hipocresía yanqui

Carlos A. Lozano Guillén

Con todo, Uribe sigue entrando y saliendo de Estados Unidos como Pedro por su casa, como lo hacen tantos delincuentes.



Los correos electrónicos de la entonces Secretaria de Estado, Hillary Clinton, influyente mujer de la política norteamericana y esposa del ex presidente Bill Clinton, fueron revelados la semana pasada, en los cuales se hallaban 25 documentos que hablan sobre Colombia.


Para Hillary y su equipo asesor no existe ningún tipo de consideración con Álvaro Uribe Vélez, en la actualidad Senador de la República y opositor al proceso de paz, con argumentos superficiales y agresivos. Entre los documentos de la Secretaría de Estado aparece la preocupación por la llamada parapolítica y que uno de los más fervientes uribistas, su primo, Mario Uribe Escobar, fuera condenado por su estrecha relación con los paramilitares de Antioquia y Córdoba. “Entre los involucrados en la parapolítica, además de Mario Uribe, está Santiago Uribe, hermano del ahora Senador, también el hermano de su ex ministra de relaciones exteriores e individuos que fueron nombrados por el presidente como embajadores de Colombia en Chile, República Dominicana y Canadá”, dicen las asesoras sin ningún comentario anexo. Como si fuera suficiente registrar el hecho, de suyo bastante grave, cometido por el entonces mandatario colombiano Álvaro Uribe Vélez, quien acabó con lo poco de democracia y libertades que quedaban en Colombia, con la aplicación bárbara de la “seguridad democrática”, inspirada por la política exterior de los Estados Unidos.


Durante la visita de agosto de 2010 de la secretaria le recomiendan no hacer elogios de Uribe Vélez y centrarse en los temas a tratar: los TLC y el apoyo de la lucha estratégica contra las drogas de especial interés para los gringos porque es la manera de fortalecer la relación económica con Colombia en favor de las transnacionales y de los intereses gringos y la intervención so pretexto de la lucha antidrogas pero sin comprometerse con Uribe Vélez”. Según las misivas, rechazan el tono del secretario de Defensa Richard Gates, quien en abril de 2010 llamó a Uribe como “un gran héroe”. Algo similar haría Juan Manuel Santos cuando lo calificó de “segundo libertador de Colombia”.


El ex embajador William Brownfield envió un correo donde dice que Uribe es “un aliado de Estados Unidos en la región y ha tenido importantes logros en materia de seguridad, es necesario ser precavidos y no llamarlo ‘gran héroe’, sobre él pesan denuncias de violación de derechos humanos”. También recomiendan condenar los “falsos positivos”, las acusaciones al DAS de estar al servicio de los paramilitares y narcotraficantes, las críticas a Uribe por “parapolítica”, entre otros. Con todo, Uribe sigue entrando y saliendo de Estados Unidos como Pedro por su casa”, como lo hacen tantos delincuentes. La hipocresía yanqui.

carloslozanogui@outlook.es


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