jueves, 26 de junio de 2014

FARC: “Soluciones son políticas, no jurídicas”

Las FARC-EP recogen propuestas en torno a los temas que aún están por discutirse. Ratifican la importancia de haber firmado la Declaración de Principios. Esclarecer el origen del conflicto y sus causas será un pilar para llevar a buen término un acuerdo. “No negociamos impunidades”



La Delegación de Paz de las FARC-EP está preparando el arsenal de propuestas para los temas que restan en la discusión de la mesa de La Habana, que a la hora de la verdad equivalen a la mitad de la agenda convenida en el “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de la paz estable y duradera”.


Sus integrantes están en acuartelamiento de primer grado, aunque, eso sí, no le quitan atención a los partidos del Mundial de Fútbol de Brasil. Mientras conversábamos con Iván Márquez y Ricardo Téllez, el pasado sábado 21 de junio, en la “Casa de Piedra”, oficina de la Delegación de Paz, no le perdían la pista al partido de Argentina e Irán, que al final, en tiempo adicional, ganó el fuerte equipo sudamericano por la mínima diferencia. Dio la impresión de que Márquez y Téllez vacilaban entre apoyar al hermano latinoamericano o al más débil, en este caso Irán, un país con un gobierno que resiste al imperio gringo.


“Estamos trabajando en varias opiniones y propuestas, no solo sobre el tema de las víctimas, sino sobre los tres que restan”, anuncia Iván Márquez, jefe de la Delegación de Paz de las FARC-EP. Una comisión técnica trabajará sobre el “fin del conflicto” y continúa el debate de cómo blindar los acuerdos parciales para preservarlos. “En esto jugará un papel fundamental el bloque de constitucionalidad a la luz de los tratados especiales, consagrado en la Constitución Política”, dice Márquez.


Al momento de la conversación no se conocía la fecha de la reanudación de la ronda sobre víctimas. “Nos dijeron que la delegación del Gobierno llegará el 23 de junio, pero no sabemos nada en concreto”. “Pero estamos preparados para comenzar”, establecieron. El punto de partida es la designación de la Comisión de Esclarecimiento del Origen del Conflicto. Para las FARC-EP es fundamental, porque es la única manera de establecer cuándo comenzó, bajo qué causas, cuáles fueron sus incidencias, quiénes son las víctimas y por ende poder establecer las responsabilidades.


“No negociamos impunidades”


Para Iván Márquez “no vinimos a negociar impunidades, porque este es un problema político y no jurídico”. De ahí la importancia que le dan a la comisión acordada en la Declaración de Principios. Debe ser una sola comisión, podrán ser 12 integrantes, la mitad propuesta por el Gobierno y la otra mitad por las FARC, a condición de que sean académicos reputados, de solvencia moral y conocedores del tema. Tendrán que presentar un solo informe que ayude a esclarecer el origen del conflicto y las causas del mismo.


Les preguntamos cómo queda el proceso después de las elecciones presidenciales y aseguran que la mayoría del país, en unas elecciones en que no participó la mitad de los ciudadanos, respaldó la paz con cambios democráticos y reformas políticas y sociales. A juicio de ellos no avaló el proyecto de Zuluaga, pero tampoco el de Santos. “El país quiere una paz incluyente, con amplia participación de los colombianos”, dicen


Prevén un mayor respaldo nacional e internacional por la paz en Colombia. Vendrá pronto un pronunciamiento muy claro y concreto del Vaticano, dijeron, sin dar más detalles. Pero que lo habrá, lo habrá. El resultado de las urnas, en lo nacional, compromete a las dos partes, no solo a la guerrilla como pretenden decir desde el lado gubernamental y de algunos medios de comunicación.
Blindar acuerdos parciales


Es necesario blindar los acuerdos parciales. Deben ser elevados a acuerdos especiales. Es la manera de salvarlos y de que tengan acción inmediata, porque la democratización de la vida nacional no depende de los resultados y esfuerzos de La Habana en exclusividad. Es la voz de connotados juristas nacionales e internacionales, que se pronuncian y ayudan en esta dirección.


Advierten que las libertades y el fortalecimiento político democrático no dependen del acuerdo final, son parte del concepto global del pluralismo ideológico y de las garantías para la participación política en pie de igualdad. Si algo demostraron los comicios electorales de corporaciones públicas y presidenciales son los enormes vacíos del régimen electoral, campean el fraude, la compraventa de votos, el ventajismo, el matoneo y el “todo vale” de los partidos del establecimiento, sin excluir a la Unidad Nacional y al uribismo.


Para Márquez lo anterior es forzoso, es lo que se desprende de los resultados electorales y del clamor por la paz con democracia y justicia social. “El gobierno no puede ser incoherente”, porque no les avalaron la vacilación y las concesiones a los enemigos de la paz, señala. Para las FARC-EP hoy está más cerca que antes el acuerdo final, pero falta un largo camino por recorrer.


El acuerdo de principios sobre víctimas es importante, pero es clave, además de la participación de las organizaciones humanitarias, la conformación de la comisión de esclarecimiento. Por ahí es necesario comenzar, porque de sus conclusiones saldrán las señales históricas inequívocas de cómo abordar el tema. Lo que salta de bulto es la pretensión del establecimiento, ayudado por algunas “organizaciones de víctimas”, avivatos y negociantes de la tragedia del conflicto, que le quieren sacar el bulto a un tema de singular importancia para entender las causas de la violencia y del alzamiento armado de la insurgencia.


El tema militar


Aunque Márquez y Téllez prefieren ser discretos debido a la confidencialidad de ciertas discusiones, no ocultan la preocupación por las talanqueras del Gobierno Nacional al debate de temas trascendentales como la reforma de las Fuerzas Militares. Para nadie es un secreto el alto grado de descomposición interna que padecen y de sus vínculos con la guerra sucia contra la izquierda y las organizaciones sociales y populares. No es casual que miembros activos de los estamentos militares y de policía hayan apoyado de forma abierta al candidato de la guerra, Óscar Iván Zuluaga.


Se lo dijo Pablo Catatumbo al periodista Alfredo Molano Jimeno en El Espectador del pasado domingo 22 de junio:


“(…)perviven fuertes sectores militaristas dentro de la oficialidad, fortalecidos e influenciados por el pensamiento fascista que Uribe representa. Son estos quienes se han opuesto y se oponen fervientemente a la búsqueda de una solución política al conflicto, anteponiendo sus intereses personales a los intereses de la Nación. Pero esa opción es la que poco a poco ha ido siendo derrotada por la opinión nacional que se inclina por la paz”.


“No es posible la paz con unas Fuerzas Armadas manejadas por este tipo de enemigos de ella. Es el colmo, por ejemplo, que en la sede de Acore -de lo cual hay fotos- se reúnan grupos neonazis, que realicen actos públicos a favor del fascismo, que destruyan murales emblemáticos en homenaje a las víctimas, y desde el Gobierno nadie diga nada”.


Carlos A. Lozano Guillén


Enviado especial



No hay comentarios:

Publicar un comentario